jueves, mayo 26, 2005

Sr. Boyd 2 (esta vez es personal)

El señor Boyd, casi sin necesidad de consultar las añejas partituras, toca una pieza en el piano.
Sr. Boy: ¿Recuerdas este vals, querida?
Señora Boyd (con los ojos cerrados y una escoba en la mano): Hmmmmm.

En el zoológico.
Sr. Boyd: Mira querida, esa morsa se parece a la señorita Patterson.
Señora Boyd: Oh, Henry, eres incorregible.


El Sr. Boyd, provisto de sus gafas de lectura lee en voz alta en el estudio.
Sr. Boyd: “Helmer: (Desplomándose en una silla, cerca de la puerta, oculta
El rostro con las manos) ¡Nora, Nora! (mira en torno suyo y se
Levanta.) Nada. Ha desaparecido para siempre. (Con un rayo de
Esperanza.) ¡El mayor de los milagros!...

TELON”

El seño Boyd cierra el libro pero no deja de mirarlo, de hecho, pasan quince minutos hasta que desvía su mirada del nombre de Henrik Ibsen en la portada del libro.

En el club.
Oswald: Me avergüenza deberte dinero, Henry. Me mortifica.
Sr. Boyd: Oswald, viejo amigo, ya te he dicho que olvides ese dinero, es solo dinero. Mi deuda para contigo por una vida de amistad verdadera y honesta es impagable.
Oswald: Conseguiré el dinero, Henry, ya veras.
Sr. Boyd: Oh, Oswald, si sólo me escucharas.

El Sr. Boyd, en una fiesta de disfraces a beneficio, habla con un pollo gigante. Se trata del jefe de investigación del departamento de física nuclear.
Sr. Boyd: He leido se disertación sobre la posibilidad hipotética de aislar un leptón y un quark en un sistema simple. Interesante, muy interesante.
Leonard (sorprendido): ¿Pero Ud. Es físico?
Sr. Boyd: Oh, nada de eso. Pero siempre he sentido una gran pasión por la ciencia.

Paseando en globo por encima de la ciudad.
Señora Boyd: Mira, Henry, las personas parecen hormigas desde aquí arriba.
Sr. Boyd: Es una pena que Oswald no pudiera acompañarnos.

El Sr. Boyd, ecuánime ante el nuevo giro de la situación, consulta su reloj de bolsillo.
Sr. Boyd: No estoy de acuerdo, Sr. Rivers.

Mamá-Karina, Bruce, ernesto y yo -vacaciones en la selva-

Apenas llegar, pequeña tragedia: muere uno de los pibes por efecto de una picadura de víbora. La tragedia es pequeña porque el pibe era escueto. Al segundo día, los ánimos recuperados a medias, celebramos el cumpleaños de Mamá-Karina. Que no es la madre de nadie pero como es la única mujer le asignamos el papel. A ella no le molesta que le digamos Mamá, le molesta que le digamos Karina, porque su nombre es Silvina.

Ya entrada la primer semana y asignados los turnos de cocina y lavado, a Bruce se le ocurre afeitar a algún mono. Todos nos sumamos a la idea, no porque nos parezca demasiado buena, sino porque Bruce la cuenta con mucho entusiasmo. Salimos a la búsqueda del mico. Por error afeitamos una tortuga y eso nos pone tristes. Desistimos del plan.

A los siete meses, aparece un fantasma y nos dice los números que van a salir en el Quini. Le jugamos y perdemos. Pero por poquito. Bruce termina de disecar bien la cabeza del pibe muerto y se arma un partidito de fobal.

Al año, Mamá-Karina hace la observación de que la vegetación es tupida y después se ríe durante horas diciendo que “la vegetación estúpida”. ernesto también se ríe un poquito. Yo no. Karina trata de explicarme el chiste pero yo le digo que ya lo había entendido pero no me causaba gracia. Esa noche encuentro un oso adentro de mi cama y sospecho de Mamá-Karina.

El tercer año no pasó demasiado. Hubo un incidente con un mazo de cartas marcado, pero la cosa se aclaro de inmediato y a las piñas.

A los siete años de llegar, Bruce y ernesto le insisten tanto a Mamá-Karina que se toque algo que sepamos todos, que Mamá-Karina desenfunda la guitarra y toca todos los temas de Sui generis. Después la vuelve a guardar. Desde ese día nadie mas le pide que toque. En realidad yo si, una vez, pero por error.

A los diez años Bruce se cae al piso con tanta mala suerte que se queda pelado. Para consolarlo, ernesto le regala una partecita chiquita de su cerebro. Lamentablemente, es la parte que usaba para hablar y ernesto queda mudo de un ojo.

A los treinta años, Mamá-Karina, se hace amiga de un mono. Le pone de nombre Lito y después se ríe durante horas diciendo “monolito”. Bruce también se ríe. Yo no. Mamá-Karina me explica el chiste y cuando lo entiendo me rió bastante.

A los cuarenta años, festejamos de nuevo el cumpleaños de Mamá-Karina. Ernesto se emborracha y saca la conclusión de que todo es etéreo. Bruce dice que por ahí tiene fiebre pero al final resulta que estaba iluminado. Cuando se le pasa el efecto del alcohol, sigue iluminado y sale a recorrer el mundo predicando el camino de Sidharta. Yo lo acompaño los primeros cincuenta metros pero después me vuelvo.

Cuando ya habían pasado noventa años desde que llegamos, Bruce y Mamá-Karina se esconden un ratito atrás de un arbusto. Nueve meses después tienen un hijo y le ponen de nombre Mateo. Mateo tiene todos los atributos humanos menos la nariz. Igual no nos burlamos porque sólo habla en latín y no nos entendería. Además burlarse de la afección ajena es de mal gusto.

Al rato Mamá-Karina me llama por telefono pero como se olvida de marcar el cuatro. La comunicación es muy mala y solo le entiendo la mitad.

Unos meses mas adelante, Bruce y yo le empezamos a decir Karina a Mamá-Karina y Mateo le empieza a decir mamá. Nos visita ernesto y nos pide que lo ocultemos unos días porque la policía lo anda buscando. Le preguntamos si sigue iluminado y nos contesta que no tanto.

A la semana de la llegada de ernesto, Mateo se queda dormido jugando al tenis y deja de respirar. El más afligido parece ser Bruce, pero Karina y yo también estamos tristes. Nos quedamos todos parados cerca de un árbol a esperar que llueva.

Cinco minutos después, yo tengo un dejavu y vuelve a pasar todo lo mismo que en el segundo párrafo. Pero en vez de una tortuga afeitamos una milanesa de ternera. Bruce dice que la operación es muy sórdida pero no explica porque. Mamá-Karina se enoja y le dice pelado de mierda. Después se armó groso.

Hace unas pocas horas, yo empiezo a fantasear con la idea de hacerme cristiano. Averiguo por ahí y los que atienden me dicen que no puedo porque tengo deudas de la patente de mi auto. Me pongo triste.

martes, mayo 24, 2005

Chiste para entendidos

El tipo era tan petizo que estaba cruzando la calle y lo pisó el subte.

miércoles, mayo 18, 2005

Triste y confundido

Kent Brofman: ¿Y eso comó te hace sentir Homero?
Homero: Triste Kent, triste y confundido.

Asi se siente Mat porque su papaf se fue de la oficina y lo dejó encerrado adentro.

O como dijo Bob dylan: "Oh, mama, can this really be the end?, to be stuck inside of Mobile with the Memphis blues again."

lunes, mayo 16, 2005

Sr. Boyd

No mucho de lo que viene a continuación tiene sentido. Una advertencia: No confundir al Sr. Boyd con el Sr. Don Boy, seria un error.

El señor Boyd se encuentra en la calle con un cocainómano:
Boyd: ¿Tiene hora?
Cocainómano: no.
El cocainómano había vendido su reloj para comprar cocaína.
Mas tarde, en el salón de la justicia:
Boyd: Hace mucho que no salgo a comer a un restaurante.
Superman: No hay tiempo para eso, Lex luthor tiene un misil nuclear apuntado a Manhattan, pide once billones de dólares.
Una vez en su casa:
Boyd: Querida, hace mucho que no salimos a comer a un lindo restaurante.
Querida: Que maravillosa idea, voy a alistarme.


En una reunión de trabajo:
Jones: El Sr. Boyd tiene unas palabras que decir.
Boyd: Tal vez no debiera, pero me siento un tanto orgulloso de nunca haber llorado en el cine. Ya saben, soy un poco chapado a la antigua.
Jones: Oh! Si el clima es de intimidad: Tengo la más peculiar sensación, como si mis palabras fueran una traducción un tanto mecánica de una obra de Agatha Christie.
Boyd: Con su permiso
Se retira.


Ernest: Por supuesto que esta llevando una política aberrante que tal vez sea el fin de este país. Tu que Crees Boyd?
Boyd: Oh, ya sabes…la política… ¿Te he mostrado mis trenes miniatura?*

*Mientras este documento puede ser visto en el plano de la cotidianeidad (denotando tanto el perfil más apolítico del Sr. Boyd como su pasión por los trenes de colección) también puede leerse en la actitud del Sr. Boyd un mecanismo astuto y apropiado a la hora de evitar embarcarse en conversaciones tediosas.


En la presentación del coro de la iglesia.
Director: Agradecemos al Sr. Boyd su generosa donación para la gira misionera.
Boyd (a su mujer): Ya sabes cuanto me gustan los coros querida.
Querida: Si mi amor, eres un maniático.
A Boyd lo conmueven profundamente los coros.


Boyd: ¿Has visto mis pantuflas querida?
Querida: Las he puesto a lavar, mi amor.
Boyd: Pero sabes que me gusta ponerme mis pantuflas al llegar del trabajo querida.
Querida: No hay necesidad de ponerse agresivo.
Boyd: Lo siento querida.


Boyd viaja en el tiempo al año ocho mil.
Hombre del futuro: Sr. Boyd, lo estábamos esperando.
Boyd: ¿Seis mil años?
HdelF: Si.


Gobernador: ... Y es por eso que consideramos pertinente, y hasta inevitable, entregar a Ud., Sr. Boyd, la llave de nuestra hermosa ciudad. (Aplausos)
Sr. Boyd: Vaya, me siento muy halagado. Tenia un discurso... pero creo que no lo leeré... la emoción me lo impide... Muchas gracias.
Una lágrima solitaria se deslizo intransigente por la cara del Sr. Boyd y cayo al suelo en un beso salado con su ciudad natal. Este no es el final, pensó el Sr. Boyd, este no es el final, y una sonrisa se dibujo en su semblante.


Señora Boyd: ¿Porque siempre abotonas todos los botones de tu pijama, querido?
Sr. Boyd: La elegancia no debe ser en función del prójimo sino un compromiso que cada hombre establece con sigo mismo, querida.
Señora Boyd: Oh, Henry, eres incorregible.


Sr. Boyd: Yo acostumbro comprar mis propias corbatas, Sr. embajador, considero que la corbata es la prenda que mas habla de un hombre, pero esta que Ud. me ha obsequiado es probablemente la que hubiera escogido yo mismo. Le estoy muy agradecido.
Embajador: Nada de eso Sr. Boyd. ¿Le apetece un puro?


Sr. Boyd: Vaya, querida, creo que he bebido una cerveza demasiadas.
Señora Boyd: Despreocupare, querido, mañana es sábado.
Sr. Boyd: ¿Sabes cuanto te aprecio, querida? ¿Sabes cuan dulce eres a mi alma? aun conservas ese encanto juvenil que me hizo perder los estribos y comprarte ocho docenas de gardenias hace tantos años.
Sra. Boyd: (se ríe y se sonroja) Oh, Henry, eres incorregible. (Se besan).


Sr. Boyd: Creo que llevare aquellos vaqueros que me probé, mi mujer podrá hacerle un dobladillo.
Vendedora (con un hilo de voz y mirándolo con ojos soñadores): No lo hacia un hombre de vaqueros, Sr. Boyd.
Sr. Boyd: Oh, ya sabes, cuando era joven tocaba la guitarra en una banda de rock.
Vendedora: Ud. aun es joven, Sr. Boyd.
Sr. Boyd: Intente decirle eso a mi ciática.
Se rieron y a la risa siguió un momento incomodo en el que el Sr. Boyd creyó percibir que la vendedora le dirigía una mirada lasciva. Pagó el pantalón y se fue de la tienda nervioso, olvidando saludar.


Oswald es amigo del Sr. Boyd desde la más tierna infancia. Oswald no fue privilegiado con la educación que recibió el Sr. Boyd pues su familia era muy pobre. Y aunque a veces puede incomodarlo con comentarios fuera de lugar, el Sr. Boyd no duda en invitarlo a las comidas más formales.
Embajador: Sr. Kane, entiendo que su amistad con el Sr. Boyd ha sido una muy duradera.
Oswald: Dígame Oswald, Sr. Embajador. Si, Henry y yo hemos pasado por muchas, ¿verdad amigo? Recuerdo cuando se torció un tobillo porque le había apostado que no podría levantar el piano de su casa.
Embajador: (ríe) Las locuras que uno hace cundo es joven.
Sr. Boyd: Esas fueron buenas épocas, Oswald.
Oswald: Ciertamente, viejo amigo. Ciertamente... (Mira al techo pensativo por unos infantes con una sonrisa melancólica). El pescado este delicioso Henry.
Embajador: Delicioso en verdad, Sr. Boyd.


Portero del edificio: Lei en el diario que salvo a la señora Daisy y atrapo al malviviente, Sr. Boyd
Sr. Boyd: Oh, solo estaba en el lugar correcto en el momento correcto, me alegra haber podido ayudar.
Portero del edificio: Ya no los hacen como Ud. Sr. Boyd.
Sr. Boyd: Oh, Nicholas, te aseguro, no ha sido para tanto, los diarios tienden a estirar un tanto los hechos.


Sr. Boyd: Brea: Aun cuando existen dos clases distintas de brea, una vegetal y otra mineral, es usual interpretar que el Vocablo se emplea para referirse a la brea vegetal, ya que la otra es mas conocida como alquitrán de hulla.
El Sr. Boyd se saco los anteojos y apoyo la enciclopedia en la mesa.
Sr. Boyd: Eso aclara muchas cosas.


El único indicio de la cólera del Sr. Boyd era la débil coloración de sus mejillas.
Sr. Boyd: No entiendo porque diría Ud que los personajes de Ibsen están despojados de profundidad psicológica, mucho menos comprendo que diga que son personajes de cartón. Pregunto, ¿es de cartón una mujer que contra viento y marea toma su libertad y su dignidad en sus propias manos? ¿Es acaso vacuo y frívolo hablar de la enfermedad de una sociedad y sus gobernantes como lo hace majestuosamente Ibsen en "El enemigo del pueblo"? No lo creo Señorita Dole, no lo creo.
El señor Boyd permaneció en silencio por el resto del te, pero la semana próxima no asistió al club literario, ni la siguiente.


Sr. Boyd: (ríe nerviosamente) Doctor, algunas preguntas de esta lista son un tanto...
Doctor: Son necesarias para el chequeo, Sr. Boyd, ya sabe, algo re rutina.
Sr. Boyd: Pero ciertamente esta que pregunta cuan seguido... (Apunta con el dedo a una pregunta de la planilla)
Doctor: Puede dejarla vacía, pero afectara los resultados de los estudios.
Sr. Boyd: en ese caso...
Cuando el Sr. Boyd se va de la oficina el joven doctor mira la planilla y su expresión es de sorpresa. De pronto sonríe y murmura entre dientes.
Doctor: Viejo bribón.


Señora Boyd: Ve un poco mas despacio, querido, la calle parece estar muy averiada. Es municipio debiera ocuparse se llenar esos agujeros con brea.
Sr. Boyd: Alquitrán de holla querida. Aun cuando existen dos clases distintas de brea, una vegetal y otra mineral, es usual interpretar que el Vocablo se emplea para referirse a la brea vegetal, ya que la otra es más conocida como alquitrán de holla. De cualquier manera es un error frecuente.
Señora Boyd: Vaya, no sabia eso.


Sr. Boyd: Feliz aniversario querida
Señora Boyd: Feliz aniversario, Henry. Te amo tanto como el día que nos casamos.
Sr. Boyd: Escribí unos versos para la ocasión.
Señora Boyd: Oh! Henry. Léemelos
Sr. Boyd:

El aire entre mis manos y tu cuerpo,
es hambre que alimenta

la yema de tus dedos contra mis labios
dicen que el viento solo se lleva los árboles muertos

las curvas de tu cuerpo en la oscuridad del cuarto
saben que la noche esconde la eternidad en cada pliegue

El amarillo de tus ojos
me inventa cada vez que me miras

El roce de tu cuerpo
supera, siempre, mis expectativas.

Señora Boyd: (amándolo tanto como el día que se casaron) Te amo Henry.


Señora Boyd: Llama al plomero, Henry, la regadera del baño de visitas esta averiada.
Sr. Boyd: Patrañas, la reparare yo mismo, tráeme la caja de herramientas.
Señora Boyd: Oh, Henry, recuerda lo que ocurrió cuando trataste de arreglar el lavarropas.
Sr. Boyd: Tienes razón querida, lo mejor será contratar a un profesional capacitado.

Pruebas irrefutables



Para los que decian que Franco no se parece a Skeletor, pruebas irrefutables.

domingo, mayo 15, 2005

Flash ero

German me apuntó hace un tiempo a una pagina de un loco que hacia cosas en flash y se creía muy listo. Lo miré, me gustó y me olvidé. Hace un rato, Katia me mando de nuevo al mismo lugar. Encontré cosas nuevas e interesantes.

http://www.hoogerbrugge.com/

sábado, mayo 14, 2005

Sintomas


Mateo Posted by Hello

Un dia que me desperte muerto

Rebelde way


Quielin Posted by Hello

En una epoca en que tocaba el rock y fumaba el tabaco.

Pose sugestiva


Mujer muerta x 4 Posted by Hello

Se me cayó el tintero cuando lo hacia

The mono way


Simono Posted by Hello

De que te reis, gil?

My man in Amsterdam


Franquito Posted by Hello

Perdon Frank, fue sin querer

Directo del oriente


El chino Posted by Hello

Disfrazado de Payaso maldito

05/05/05 5:55 hs


miren la hora Posted by Hello

Un día en la vida de Leandro

Valiéndose de recursos ilícitos; el hurto, para ser específicos, Leandro se hace de un vehículo motorizado. Busca a su novia y la lleva a pasear por la campiña, aprovechando las bondades climáticas. Precavido, se había procurado unos sanguchitos de miga que el amor le dicta compartir con su Eva. Satisfecho el apetito del vientre (y el otro también), Leandro decide ensayar algún inspirado verso en honor y reverencia de su amada:

“Sabe mas la locura primaveral, que los libros y los doctos.
Pues mi amor no conoce los límites físicos del mundo
Ni se traba en nimiedades que no incumben a la alma… ¡Mamasa!”

Ella, mujer de volumen cuantioso, y rara vez recipiente de alados versos, se sonroja dando a Leandro cabida para otra ocurrencia de amante:

“De las gemas y rubíes que mi mirada ha tocado,
Ninguna parangona con el rosa de tu dulce cara,
Cuya dueña, es de mi alma dueña.”

Ahí, en lo alto del verso, ambos colgados de una nube (de vuelo bajo pero nube en fin), el amor sin limite se ve limitado. La ley, vestida de azul, viene por Leandro para llevarlo al calabozo. Leandro, cual lobo cachorro que listo para enfrentar el mundo con sus propios medios se desprende del seno materno, da a la fuga abandonando a su amada. Mientras corre, piensa:

“El vicio del hombre alcanza al hombre vicioso,
Que roba, bebe y fornica.
Debe entonces correr para salvar su libertad.
Pues será vicioso pero no boludo”

La persecución toma un giro hacia la vehemente violencia cuando el representante de la fuerza pública desenfunda, y (apuntando a la cúpula celeste) hace ruidoso uso de su arma: BANG. Leandro, ante las nuevas vicisitudes que toma se existencia, no puede si no reflexionar lo siguiente:

“Bélicos sonidos persiguen mis raudos pasos,
Plomo que busca mi carne,
¿El pasado, acaso, que de esta forma
viene a encontrarse con mi presente?
¿La muerte que ama al hombre y es celosa de la vida?

Pero no es momento de entregarse a las intrigas metafísicas que al hombre aquejan y estimulan desde tiempos pretéritos al tiempo mismo. El policía ha perdido su paciencia y sus balas ya no buscan asustar sino herir e incluso dar fin a Leandro. BANG, BANG. Algo roza la oreja de Leandro, quien cae al piso mas por el sobresalto que por el impacto sutil. Las esposas abrazan las muñecas y todo ha terminado. Piensa sobre su situación Leandro:

“La libertad le esta vedada al hombre innoble,
que busca por medios urgentes procurarse la vida.
Este mundo no es para el pirata, ni el sabueso.
A quienes priva de la felicidad del albedrío.”

martes, mayo 10, 2005

Pregunta del dia

Cual es la forma mas eficiente e indolra de deshacerse de las ladillas conservando el vello pubico?

lunes, mayo 09, 2005

Natasha ernesto y yo

ernesto cayo al piso Y empezó a sangrar. La sangre salio primero en gotas mas negras que rojas, pero después se fue aclarando hasta salir en chorros transparentes. Natasha (Tal vez por llamarse así) lloraba de costado para no ser menos que ernesto. Yo, ante las secreciones corporales de mis dos hermanos, no pude sino escupir. En la distancia, un perro sudaba.

El piso se plegó y quedamos los tres parados en lo más agudo de un ángulo agudo. Alguno de los tres (creo que fui yo), empezó a hablar en hikus con toda fluidez. La noche se iba haciendo en el cielo y en la calle. ernesto me leyó la mente y le gusto, dejo de sangrar para comentarme algo, pero los relámpagos lo interrumpían cada vez que abría la boca. Entonces Natasha se transformo, lenta, imperceptiblemente, en un libro. Su tapa, decía "Mentiras interesantes" y yo me reí para adentro sabiendo que ya estábamos los tres despiertos.

ernesto saco tabaco y los tres fumamos pausadamente, por amor al adjetivo, y miramos el ventilador con miedo a que se cayera y nos lastimara. Fue entonces que empezó la misa y nos arrodillamos, yo encima de las espaldas de Natasha y ernesto, en una pirámide humana. Despues de celebrada la misa, los tres tomamos el cuerpo y la sangre de Cristo. Natasha me leyó las líneas de la mano y todas las noticias eran buenas. Ella sonreía como loca y me acaricio el pelo. Después, ernesto nos mostró un par de ecuaciones matemáticas muy complejas.

El aire se lleno de mosquitos y los respirábamos y los tosíamos todo el tiempo. Natasha se durmió un rato, hasta que se fueron los mosquitos. A eso de las tres ya había vuelto el verano y lo recibimos en mangas de camisa. ernesto prendía fósforos y los dejaba quemar lo más posible, como si fuera ciego. Natasha y yo jugamos un rato a la podrida hasta que ella enfermo y parecía grave. ernesto fue un segundo a la fabrica y trajo los lienzos tensados. En seguida Natasha se sintió mejor y murió. El funeral fue conmovedor, a Natasha le hubiese gustado. ernesto dijo unas palabras y después me toco a mi. Repetí algo que Natasha me había dicho una vez, pero no dije que me lo había dicho ella.

ernesto le pregunto a Natasha que hacia en el balcón y ella contesto que fumaba mientras miraba los autos que pasaban. Yo estaba en el sillón y la televisión estaba prendida. Natasha y ernesto son los dos muy lindos. Yo también soy muy lindo. Siempre estamos aburridos.

sábado, mayo 07, 2005

Lirico

Con pol vamos a escribir una canción. El se ocupa de la musica y yo de la letra. Me han dicho que la parte de Cronos es medio boluda. No esta terminada. Aca les va.

El que espera desespera

Ayer a las treinta de la mañana con un poco de sangre en mi alcohol
Me sente en la vereda tarareando un rocanrol
A esperar al colectivo que me dejara en mi casa
Después de una noche jevi de tomar wisky en la plaza

No es que yo sea impaciente si hay que esperar espero
No es que yo sea exigente con el servicio al viajero
Pero los bondis a esa hora no respetan la resaca
Y eso a mi me saca.

Habiendo esperado tanto que cronos murio de viejo
Y ya teñido el cielo por el amanecer bermejo
Creo entrever a lo lejos el fin de mi cruel espera
Es mi bondi el que se acerca escupiendo su humareda

Extendí mi brazo enérgico, en un gesto hitleriano
Y saque mis moneditas para tenerlas a mano
Pero el forro paso de largo dejándome ahí parado
Le tire la de cincuenta en un gesto desesperado

Windows 95

Adidas hizo unas zapatillas que vienen con Windows 95. Yo no se, mirá. En mi época andábamos descalzos y no votábamos a Blair. Me estuve informando un poco y parece que lo que tienen las zapatillas estas es un chip que calcula la dureza del suelo y acolchona la plantilla para compensar. Si quisiera estar acolchonado me quedaría en mi casa. En mi colchón. Impossible is nothing.