jueves, abril 20, 2006

Natasha ernesto y yo

Los martes contamos nuestros átomos. Empezamos por los átomos que componen nuestros ojos, que son los mas fáciles de ver porque están más cerca de nuestros ojos.
Natasha lo toma como una competencia y se apura, pero por apurada se equivoca todo el tiempo y tiene que volver a empezar. Nerviosa, entonces, nos pregunta cuantos átomos vamos nosotros. Y ernesto y yo le decimos, pobrecita.
Ocurre que tenemos muchos átomos, y la semana entera pasa y todavía estamos contando los átomos de nuestras pupilas. Pero es martes de nuevo y nos toca contar nuestros átomos. Asi que empezamos de nuevo y Natasha, aliviada, se apura para llegar primera al final.
Puede decirse que nuestro tiempo todo, lo empleamos el inventario semanal de átomos. A tal punto es así, que desde que empezamos ya no tenemos tiempo para nada más. No tenemos tiempo, incluso, para alimentarnos. Consecuentemente, nuestra masa se está reduciendo a gran velocidad. Esto, a pesar de ser alarmantemente insalubre, nos facilita en gran medida nuestra labor, ya que cada vez tenemos menos átomos.
At this rate, calculamos que dentro de unas semanas ya vamos a poder contarnos enteros.

No...Si

Ámsterdam apuró un vaso que estaba lejos de ser el primero. Se miró en el espejo que estaba atrás de la barra y se encontró de su agrado. Joven. Fuerte. Despeinado a la moda. Trató de pararse pero la gravedad en ese bar era caprichosa y cambiante. La visión: doble.
Dos mujeres (que eran una sola) le clavaban ojos duros desde una mesa solitaria y oscura. Era una enana, pero proporcionada. Su cabeza era diminuta, y no grande como suelen ser las cabezas de la gente petit. De hecho, podría haber sido una modelo. Ámsterdam sonrió imaginándola en bikini al lado de uno de esos autos compactos “Smart” que tan de moda están en Europa.
Se acercó y mientras caminaba hacia ella se acordó de la lupa que había comprado en el subte ese día. Cuando llegó hasta la mesa (ella aun le clavaba los ojos sin sonreír) sacó la lupa, se la puso enfrente del ojo, y la miró.
-Ja- Dijo ella, pero no sonrió ni un poquito.
-Hola pitufina-
-Hola, papá pituforro-
Ámsterdam se sentó al lado de la enana y la miró para abajo, sonriendo y con los ojos borrachos.
-¿En que grado estas?- Dijo Ámsterdam.
-I don´t speak spanish?-
-¿What grade are you in?
- Je ne parle pas anglais
-¿Que?... Ah. Si.-
-Me voy-
-¿Te llevo a caballito?-
-No vivo en caballito-
-No, pero yo lo deci…-
-Ya se. No es gracioso.-
-Me llamo Ámsterdam, como la ciudad-
-Y yo soy enana-
Ámsterdam se rió con los dientes cerrados.
-¿Cuánto medís?-
-¿Por qué no te vas a correr una vueltas alrededor de la manzana y me dajás tranquila?
-Perdón. Estuve mal, con lo de la lupa y eso. Empecemos de nuevo, yo soy Ámsterdam-
-¿Cómo la ciudad?-
-¿Cuál?, ¿Ámsterdam?-
-No-
-Ah, entonces no-
La enana sonrió a pesar de un gran esfuerzo por no hacerlo, y Ámsterdam lo tomó como una mínima victoria, que, comparada con la mujer en cuestión, no era tan mínima.
-¿Te puedo comprar un trago?-
-Este es el quinto wisky que me tomo y todavía no siento nada.-
-Pufff. ¿Pero cuanto pesas?-
-Veintidós-
-Pufff-
-Soy alcohólica-
-Y enana-
-A winning conbination-
-Una combinación ganadora-
-Gracias por traducirme. Cuando hablo en ingles no me entiendo-
Ámsterdam le dedicó lo que el estaba convencido era su mejor sonrisa y se dio vuelta para pedir otro wisky para la señorita ita ita ita. Treinta segundos de silencio. Después llegó el wisky.
-Gracias- Dijo ella.
- De nada- Dijo Ámsterdam.
-Le hablaba al mozo-
-Que enana maldita-
-No- Sonriendo- Te lo decía a vos-
-Te estás aflojando. ¿Puede ser?-
-Todo puede ser.-
-¿Querés bailar?-
-No, mi cabeza quedaría a la altura de tu pija. Además odio a Lou Reed-
Ámsterdam preguntó riéndose -¿Cómo te llamas?-
-Lucrecia-
-Lucrecia-
-Por favor no digas que Lu-crecía… y se quedó corta.-
-Ja. No lo había pensado.-
-…-
Amsterdam dudó. El alcohol ya había bajado un poco.- ¿Nos estamos haciendo amigos?-
-Not really-
-¿Sos casada?- Lo dijo mirando el anillo en el anular de la mano de la enana.
-No, divorciada.-
-¿Hace poco?-
-Dos semanas-
-¿Y porqué no te sacás el anillo?-
-Sigo enamorada-
-¿Porqué te divorciaste?-
-Porque soy alcohólica, y el es vegetariano. Incompatibilidad de caracteres.-
-¿Cuánto medía el?-
-¿Me estas preguntando si era enano?-
-No… Si.
-Vos lo conoces a el. Todo el mundo lo conoce-
-¿Quién es?-
-Sergio Denis-
-¿Sergio Denis?
-No…Si.-

Famous Blue Raincoat

It’s four in the morning, the end of december
I’m writing you now just to see if you’re better
New york is cold, but I like where I’m living
There’s music on clinton street all through the evening.
I hear that you’re building your little house deep in the desert
You’re living for nothing now, I hope you’re keeping some kind of record.
Yes, and jane came by with a lock of your hair
She said that you gave it to her
That night that you planned to go clear
Did you ever go clear?
Ah, the last time we saw you you looked so much older
Your famous blue raincoat was torn at the shoulder
You’d been to the station to meet every train
And you came home without lili marlene
And you treated my woman to a flake of your life
And when she came back she was nobody’s wife.
Well I see you there with the rose in your teeth
One more thin gypsy thief
Well I see jane’s awake --
She sends her regards.
And what can I tell you my brother, my killer
What can I possibly say?
I guess that I miss you, I guess I forgive you
I’m glad you stood in my way.
If you ever come by here, for jane or for me
Your enemy is sleeping, and his woman is free.
Yes, and thanks, for the trouble you took from her eyes
I thought it was there for good so I never tried.
And jane came by with a lock of your hair
She said that you gave it to her
That night that you planned to go clear--
sincerely, L. Cohen


Si este tema te agarra desprevenido puede costarte la vida.

martes, abril 18, 2006

Que Camelo

No me creo esa macana
De la inmaculada concepción
¿Una virgen embarazada?
¿O un polvito sin condón?

No me creo lo de Armstrong
Y su nave a propulsión
Un gran paso para el mundo
En un set de filmación

¿Y la muerte poco clara
de miss Marilyn Monroe?
Para mí que fue la CIA
Con el presidente John.

Cancelé mi suscripción
Al clarín y la nación
Ahora nada más confió
En la fiel televisión

lunes, abril 17, 2006

Otro Juego

Al bajar, caí doblándome el fémur: grandísima herida. Insufriblemente jodido karma. La muerte no olvida, pero quizás resista si tengo un vino, Wisky xeno y zoofilia.

La primera palabra empieza con "a", la segunda con "b", etcétera.
PD: "Wisky xeno" es una manera chamullera de decir wisky importado.

jueves, abril 13, 2006

Tal cual

La botella que se me cayó al piso fue la quinta que liquidaba en poco menos que una hora. Tan borracho estaba que le insistí a la moza para que me dejara limpiarlo a mi. Al final me dejó. Estuve unos minutos levantando pedacitos de vidrio pero al rato me senté en una silla a descansar y tuvo que venir ella a terminar el trabajo. Eran las dos de la tarde y me procure un wisky más.
Nadia se sentó enfrente mío. Tapaba su reloj de pulsera con la mano derecha.

Nadia: Nadia, mucho gusto. Escuchá. A mi reloj le pasa algo muy raro. Tengo sed, ¿me das un poco?
Yo: Gustavo, soy. (Y le pasé el vaso)
Nadia: Hace dos semanas fue el cumpleaños de mi sobrina. Era la noche anterior en realidad. ¿Fuego tenes?... Gracias. Y yo estaba mirando mi reloj para ver cuando se hacían las doce para empezár a festejar.

Ahí fue cuando mire el reloj por primera vez, y noté que lo tapaba con la mano.

Nadia: Y a las 11:59 empecé a hacer la cuenta regresiva: 10, 9, 8… Pero cuando llega a cero veo que entre las doce y la una aparece un trece. Es un reloj analogico, de los de agujita. Ya vuelvo, voy al baño.

5 minutos después.

Nadia: (con la mano tapando el reloj) Y después, cuando se hicieron las dos, apareció de repente un catorce, entonces agarré la perrillita y la...
Yo: (Interrumpiendola) A verlo.
Nadia: ¿Qué cosa?
Yo: ¿Cómo que cosa? El reloj.

Nadia se miró el reloj sin levantar la mano que lo tapaba. Su expresión era de no entender lo que miraba, como si estuviera viendo algo por primera vez.

Nadia: No, no podes. Mi mano está en el camino.
Yo: Si, ya se.
Nadia: Bueno, la cosa es que le moví la perillita que mueve las agujas y nada. No se movían. Y me puse a pensar que además de ser muy raro que aparezcan números de la nada en mi reloj…
Yo: (Interrumpiendola) Es un poco raro.
Nadia: Además de eso, estaba mal el milagro. Porque la hora que viene después de las doce de la noche es la hora veinticinco, no las trece. Las trece horas son la una de la tarde.
Yo: Tal cual.
Nadia: Y entonces dije: ¿Qué pasará a la una de la tarde de verdad, cuando el reloj llegue a las veinticuatro? ¿Habrá un veinticinco, o volverán a ser doce?
Yo ¿Esto de lo contaste a alguien? ¿Le mostraste el reloj a tu sobrina?
Nadia: No, no quise.
Yo: Para mi que te falta un sanguiche para el picnic, se te zafó un tornillo.
Nadia: No, loca no estoy. Bueno, y me pasé toda la noche mirando el reloj. Y a las doce en punto apareció el veinticinco.
Yo: Lógico
Nadia: Y desde entonces vienen apareciendo números nuevos. Y se hacen cada vez más chiquititos par entrar todos. Va por el quinientos treinta algo. Ya no puedo leer los números sin lupa.
Yo: ¿Tenes hora?
Nadia: Ja. Y las agujas se mueven cada vez más lento. Parece que está roto, pero si te fijas siempre están en distintas posiciones. ¿Queres ver?
Yo: Si.

Sacó la mano de encima del reloj y extendió el brazo para que pudiera ver mejor.

lunes, abril 10, 2006

Polifacético

Hoy el nombre de Muerte Roja es sinónimo de erudición y sapiencia, pero no siempre fue así. Hoy los estudiantes se apilan en la puerta de su casa para verlo regar las gardenias. Los más atrevidos se atreven a preguntarle sobre algún pasaje oscuro de Robert Herrick, pero ellos ignoran su pasado.

Quienes aun guardamos el recuerdo de la estela de sangre que mancha el rio de su pasado, sólo usamos su nombre en apagados murmullos y cuando estamos solos e insomnes. Es que las imágenes que evoca son tan terribles, tan minuciosamente terribles, que quien las conoce es esclavo del terror.

Gracias a Dios no es mi lugar dictaminar si sus aportes en las diversas disciplinas que frecuentó y frecuenta lo eximen de su nefasto pasado. Desde ya se trata de la mente más lucida desde Leonardo da Vinci. Sus aportes a la mecánica, la literatura, la metafísica, la educación, la antropología, la astrofísica y la fotografía no tienen parangón con los de ninguna mente de su generación. Como tampoco se puede comparar el reguero de sangre que sus manos vertieron con el de los otros homicidas de la historia del mundo.

Se trata, en mi opinión, de un hombre completo. Que desarrolla una faceta humana por vez, llevándola a su exponente máximo con afán monotemático. El mismo ha dicho que abarca un tema hasta agotarloy que una vez que lo abandona ya no regresa a el. Esperemos que sea cierto, pero por si acaso destruiré este papel una vez que termine de escribir. No vaya a ser cosa que se me enoje.

miércoles, abril 05, 2006

La cambiante morfometría de ernesto

Durante la infancia y la adolescencia ernesto padeció una enfermedad muy extraña. Lo que pasaba era que su cuerpo crecía imperceptiblemente. Si uno lo miraba, no notaba el cambio, pero si se lo comparaba con fotos de años anteriores la diferencia era evidente. Natasha se preocupó y yo me preocupé también. Empezamos a medir su crecimiento. Lo hacíamos pararse contra la pared y dibujábamos una línea con lápiz a la altura de su cabeza. Así fuimos viendo como progresaba su afección.

Estábamos devastados. De a poco ernesto fue alcanzando se estatura y porte actual, que son los de un adulto promedio, y a Natasha y a mi nos parecía imposible que fuera el mismo ernesto que sostuvimos en brazos tan sólo dos décadas atrás. Nos juntábamos a llorar a escondidas porque ernesto no sabía que el era “distinto” y no queríamos que se enterara.

Pero un día ocurrió lo inevitable. Mientras cavábamos un pozo en el jardín para enterrar una planta que se había muerto, sin querer desenterramos un viejo álbum familiar en el que salía ernesto a los cinco años. Al ver las fotos quiso saber de quien se trataba y no pudimos mentirle. Al principio no quiso creernos, pero nuestras caras de pánico y vergüenza lo convencieron.

Después paso el tiempo y la vida se fue acomodando como se acomoda la vida cuando el tiempo pasa. Llegó un día en el que ya no pensábamos sobre el tema. Puede decirse que éramos felices, o por lo menos todo lo felices que pueden ser un monstruo y sus hermanos.

lunes, abril 03, 2006

Dialogo encontrado

Hoy me subí al subte en tribunales a eso de las seis. Éramos muchos más que dos y quede aplastado contra la baranda que separa los asientos de la puerta. Por suerte, porque sentados justo a mi izquierda había una pareja que me regaló este dialogo:

El: Uy, recién ahora me acuerdo de lo que soñé anoche… Que sueño raro. (Se queda mirando un punto fijo por unos segundos con una media sonrisa en la boca)
Ella: ¿Qué soñaste?
El: Que “labios” era un verbo.
Ella: ¿La palabra?
El: La palabra.
Ella: Pero qué, ¿alguien te decía que era un verbo y vos le creías?
El: No, eso es lo raro, yo sabía que era un verbo y me parecía rarísimo. Nadie hablaba del tema, como nadie habla sobre que “caminar” es un verbo, no es un tema de conversación, pero a mi me parecía raro.
Ella: Y claro, porque no es un verbo. (Se ríen)
El: Y yo no me animaba a comentarlo con nadie porque iban a pensar que me había vuelto loco.
Ella: Y por ahí si lo comentabas con alguien te decían que no era un verbo y se acababa el problema.
El: No, no, en el sueño “labios” era un verbo y no había duda. Pero dejame que te cuente, porque después me puse a pensar que por ahí a todo el mundo le parecía raro pero nadie se animaba a comentarlo por miedo a que los demás pensaran que estaba loco. Entonces fui corriendo hasta una especie de plaza pero llena de camas con gente enferma, y en una de las camas estabas vos
Ella: ¿yo estaba en tu sueño?
El: Siempre. Y yo te contaba en secreto lo que me estaba pasando y vos te reías como loca. Pero sin malicia, era como si te rieras conmigo, sólo que yo no me reía. Y después me dijiste que no me preocupara, que como en el estudio estamos haciendo la publicidad del rouge “reblon” me habían quedado conectados los labios con el verbo hacer.
Ella: ¿Le están haciendo la publicidad a reblon enserio, o eso también es parte del sueño?
El: Todavía no salió la cuenta, pero llamaron a concurso y me parece que lo vamos a conseguir.
Ella: ¿Y si sale me vas a traer un montón de rouges gratis?
El: Puede ser.
Ella: Bueno, ¿Y?
El: Y después yo te preguntaba porqué estabas en esa plaza llena de gente enferma, y vos me decías que no me preocupara, que tu vida había sido muy linda y que querías que yo fuera feliz. Entonces me doy cuenta de que te estas muriendo y enseguida empezás a desaparecer. Todo tu cuerpo se va poniendo transparente menos tus labios. Y al final quedan ahí solos, flotando entre las sabanas.
Ella: ¿Y ahí me besas?
El: Si.

sábado, abril 01, 2006

Son pocos y mienten

Ahora la recuerdo de vieja, ya no puedo pensar en ella como la vi en sus películas: la imagen es demasiado vivida y estática. La postura querría ser digna a pesar de la pronunciada joroba, y los pocos pelos que chorreaban sobre sus ojos desmentían el rubio furioso con las raíces blancas. Incluso así lograba que su mirada flotara, como si estuviera parada sobre varios tomos de enciclopedia.
Yo no la quise. Nunca sentí que era mi deber. Podría decir que ella nunca se dejó querer, pero quienes vieron sus películas no me creerían. Era demasiado linda… demasiado frágil.
Hace tres sábados entré a casa silenciosamente, para no despertarla. Debo haber hecho algún ruido, porque cuando llegué al final de la escalera abrió la puerta de su cuarto y de repente nos encontramos a treinta centímetros uno del otro, nos asustamos los dos, pero sólo ella cayó al piso.
Al entierro fueron la prensa y los fanáticos. No eran pocos y muchos lloraban. Yo no lloré, no se me ocurrió, esas cosas pasan.