Oswald, rola tabaco. Ya siento venir las nauseas y fumar me alivia un poco. Bah, no escuches a mi mujer, el cigarrillo es lo único que me mantiene vivo. Y cierra un poco la ventana. No, no hace falta que te pares, si estiras el brazo puedes alcanzarla.
Oswald, viejo amigo. Déjame contarte sobre mi pequeña perdida. Mi diminuto abismo de lo que ya no es. Cuando pasas tanto tiempo en cama como yo, el ambiente en el que estas cobra un peso enorme que se da por la conjunción de sus detalles. La silla en la que te sientas, por ejemplo, me ha merecido una tarde entera de observación, la miré por partes y en relación a otros objetos. La imaginé con los ojos cerrados reproduciendo contra el interior de mis parpados los más imperceptibles detalles del viejo roble. Y asi con todo: El diseño de la alfombra (que tiene sutiles variaciones en el aparente patrón), la mesa de dibujo, el busto de Ibsen, mis manos viejas, el radiador…
Pero sobre lo que más he posado la mirada en estos últimos meses es en el techo. Es natural, considerando que casi no me levanto de la cama. Mira que blanco es. Lo pintamos la semana pasada. Antes tenía manchas de humedad en aquella esquina, y aquí, contra la pared. Las manchas eran muy sugerentes, como suelen ser las manchas y las nubes. Veía en ellas todo tipo de imágenes que incluso me aparecían en sueños. Era realmente agobiante de a momentos, pero no podía dejar de mirarlas. Incluso cuando leía la mirada se me desviaba de a momentos hacia el techo.
Mi mujer no quería que lo pintáramos. Tuve que mudarme al cuarto de visitas y ella tenía miedo que me hiciera mal trasladarme mucho. Pero insistí. Las imágenes eran cada vez más molestas y asfixiantes.
Oswald, mi amigo. Si supieras cómo me arrepiento. Ya no hay nada, ¿Entiendes? Ahora cuando miro veo el techo… Blanco. ¿Podrías alcanzarme el mechero de aquel cajón? Ya siento venir las nauseas.
Oswald, viejo amigo. Déjame contarte sobre mi pequeña perdida. Mi diminuto abismo de lo que ya no es. Cuando pasas tanto tiempo en cama como yo, el ambiente en el que estas cobra un peso enorme que se da por la conjunción de sus detalles. La silla en la que te sientas, por ejemplo, me ha merecido una tarde entera de observación, la miré por partes y en relación a otros objetos. La imaginé con los ojos cerrados reproduciendo contra el interior de mis parpados los más imperceptibles detalles del viejo roble. Y asi con todo: El diseño de la alfombra (que tiene sutiles variaciones en el aparente patrón), la mesa de dibujo, el busto de Ibsen, mis manos viejas, el radiador…
Pero sobre lo que más he posado la mirada en estos últimos meses es en el techo. Es natural, considerando que casi no me levanto de la cama. Mira que blanco es. Lo pintamos la semana pasada. Antes tenía manchas de humedad en aquella esquina, y aquí, contra la pared. Las manchas eran muy sugerentes, como suelen ser las manchas y las nubes. Veía en ellas todo tipo de imágenes que incluso me aparecían en sueños. Era realmente agobiante de a momentos, pero no podía dejar de mirarlas. Incluso cuando leía la mirada se me desviaba de a momentos hacia el techo.
Mi mujer no quería que lo pintáramos. Tuve que mudarme al cuarto de visitas y ella tenía miedo que me hiciera mal trasladarme mucho. Pero insistí. Las imágenes eran cada vez más molestas y asfixiantes.
Oswald, mi amigo. Si supieras cómo me arrepiento. Ya no hay nada, ¿Entiendes? Ahora cuando miro veo el techo… Blanco. ¿Podrías alcanzarme el mechero de aquel cajón? Ya siento venir las nauseas.
7 comentarios:
El busto de Ibsen, buena.
Gusta, gusta, gusta.
Es en blanco y negro, ¿no?
ya siento venir las nauseas
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
por mi bien, tan solo espero, que sea eterno como Natasha, Erneso y yo. Por mi bien.
Impecable Mat. Una perla.
como cuando de a poco, y haciendo ruido de neon que se va cansando, por unos meses fue desapareciendo ACA en frente, y un día (noche, bah) se murió.
paso tiempo y de la nada, miro a la derecha y ahí estaba ACA, rojo, fuerte y claro.
ayer quise comentar aquí pero el maldito blogger no me dejaba.
grandioso el post. lo leí tres veces.
Lo suficientemente bueno como para alegrarme una tarde de hacer nada.
Sos un tipo grosso. Los jueves a la noche que haces?
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