Morris nota ante el espejo que su rubia cabellera, escasa desde nacimiento, se afina y pierde volumen, dejando parches irregulares de dolorosa calvicie incipiente. La cara permanece imperturbada mientras las manos sondean con el tacto el cuero cabelludo indefenso a la intemperie, pero por dentro Morris sufre emociones que identifica correctamente bajo los rótulos de “pánico” y “enormísima tristeza”. Se ve tentado por la moderna usanza del rasuramiento preventivo (que es como talar un bosque para evitar incendios) pero desiste, nostálgico, y se peina de manera tal que los parches vacantes de hebras se favorecen de la manta que permiten los sectores más abundantes.
El engaño es evidente, más aun cuando pasan los días y cada vez son más numerosas las bajas que Morris observa, agónico, enmarañarse en su peine de bolsillo. Prueba, a pesar de la vergüenza, las pelucas, los ungüentos, los sombreros y las maquinas que suministran masajes capilares, que son a la vez torturas nefastas. Pero nada lo satisface y nada detiene la inevitable extinción del “Capitis mantita”.
El tiempo, inclemente, avanza y con el la entropía. Un día Morris reflexiona que la luna no emite luz propia, sino que refleja la del sol. La luna se refleja en su cabeza, que Morris observa reflejada en un charco. Una lagrima con la sal de muchos llantos contenidos, le acaricia la mejilla y cae, formando olas que deforman el agua, su cabeza calva, la luna y el sol.
El engaño es evidente, más aun cuando pasan los días y cada vez son más numerosas las bajas que Morris observa, agónico, enmarañarse en su peine de bolsillo. Prueba, a pesar de la vergüenza, las pelucas, los ungüentos, los sombreros y las maquinas que suministran masajes capilares, que son a la vez torturas nefastas. Pero nada lo satisface y nada detiene la inevitable extinción del “Capitis mantita”.
El tiempo, inclemente, avanza y con el la entropía. Un día Morris reflexiona que la luna no emite luz propia, sino que refleja la del sol. La luna se refleja en su cabeza, que Morris observa reflejada en un charco. Una lagrima con la sal de muchos llantos contenidos, le acaricia la mejilla y cae, formando olas que deforman el agua, su cabeza calva, la luna y el sol.
17 comentarios:
clap. clap. clap!!!clap!! clap, clap, clap.esto tiene respuesta pronta en mi blog.
que belleza! hijo de puta....
Gracias taz, me sonrrojo.
como que no fuimos al cabaret??? ahi estuvimos, en primera fila! gustavo yankelevich se robo la noche...
pero carajo
chabón sos groso. cuando compre tu primer libro quiero que me lo firmes.
al cabaret fuimos si, yo te vi de lejos al principio, y estabas con una mina, asi que pensé, lo saludo luego. pero desapareciste para siempre.
genial la fiesta. varios nos pasamos de frascos. cosas que pasan.
¿sería la sombra de la pelada un eclipse?
piensenlón.
Gracias Breton.
El sabado que viene vas a tener que saludarme porque es mi cumpleaños. Más detalles en breve.
Muy bueno mat!!!!. Ni una palabra de más, ni una de menos.
Espero ansiosa el retrueque de Tazelaar.
Igual puede ser que todo sea porque al peine le falta un diente. Eso no ayuda nada.
Lindo, me generó todo un análisis semifilosófico sobre las apariencias. pero bla... solo digo que, pobre, de las peores cosas de ser hombre, la pelada debe estar en el top 3.
breton, lo que viste es a una mina con un chabón.
Se me ocurren unos cuantos numeros que le puedo pasar a Morris. Sino puede raparse, dejarse una crestita en el medio y tocar en una banda de rock.
te estás burlando de luchito acaso?
mirá que le cuento y se pudre la fruta, eh !!!
Lucio no es pelado, es too sexy for his hair.
Este relato demuestra una frente brillante, digo, una mente brillante.
yo JAMÁS me burlaría de Luch, JAMÁS.
OKEY,
porque sino tendríamos que recurrir a la lucha armada, y nadie quiere que esto acabe así-
QUOTE: *rings 3 bells* "You! Get Me The Wall Street Journal. And you two: FIGHT TO DEATH!"
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