¡Oh, sí! Mi nombre es Vegas, Vegas Lahs. Con mi patada como ruleta rusa, te voy a enrevolear de a pelotitas y te voy a dejar neeeeeeegro el ocho Vas a pedir, vas a rogar y vas a apostear Pero no-va-más.
Claro, y después el chabón (pongámosle el “cabrón” porque debe ser mexicano), el cabrón se despierta de la golpiza, Y comienza a repetir ese nombre que ya no olvidará “Vegas Lahs, Vegas Lahs, Vegas Lahs, Vegas Lahs”. Y así, en un proceso sumamente lapiz japonés, entiendo todo, o al menos una parte, o al menos se da cuenta de dónde está y de el porqué de su gran parecido con Elvira. Todos los números a su alrededor devienen en seises rojos. No-va-más.
en el momento en que a las pelotitas les crecen unos mexicanos, y para colmo de males se ponen a pelear... el azar, la matemática y la elegancia del crupier se van todos al requeteverendo carajo.
7 comentarios:
los tres textos anteriores a las imagenes, son para mi como un gol.
¡Oh, sí! Mi nombre es Vegas, Vegas Lahs.
Con mi patada como ruleta rusa, te voy a enrevolear de a pelotitas
y te voy a dejar neeeeeeegro el ocho
Vas a pedir, vas a rogar y vas a apostear
Pero no-va-más.
Claro, y después el chabón (pongámosle el “cabrón” porque debe ser mexicano), el cabrón se despierta de la golpiza, Y comienza a repetir ese nombre que ya no olvidará “Vegas Lahs, Vegas Lahs, Vegas Lahs, Vegas Lahs”. Y así, en un proceso sumamente lapiz japonés, entiendo todo, o al menos una parte, o al menos se da cuenta de dónde está y de el porqué de su gran parecido con Elvira.
Todos los números a su alrededor devienen en seises rojos.
No-va-más.
Ya veo por quién ponés las fichas
en el momento en que a las pelotitas les crecen unos mexicanos, y para colmo de males se ponen a pelear... el azar, la matemática y la elegancia del crupier se van todos al requeteverendo carajo.
digo yo.
El caminante (II), Capítulo 9, Ángel Gris.
mas mat
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