Felipe: Se te echó de menos, Andrés. ¿Descansaste?
Andrés: Puff, me vino bárbaro.
Felipe: ¿Te fuiste a algún lado?
Andrés: Que va, casi no salí de casa.
Felipe: ¿Alguna mujer?
Andrés: Que va. Más sólo que un hongo.
Felipe: Ah, una vacaciones de todo. Un viaje por adentro de vos mismo.
Andrés: Algo asi. Como un retiro fue. Un service del alma.
Felipe: ¿Y que hacías?
Andrés: Bueno, pasé en blanco los planos del tercer piso. (le entrega los rollos) Pero más que nada estuve escribiendo algunas cosas. Muy metido en la onda oriental del Haiku.
Felipe: ¿Cómo era eso?
Andrés: Un verso de cinco silabas, uno de siete, y otro de cinco.
Felipe: Que lindo, che. ¿Japonés?
Andrés: Si. Tiene una métrica que está alineada con algo natural en el hombre, que calza como dos piezas de un rompecabezas.
Felipe: Rompecabezas,
Si que tiene un buen nombre,
Te quema el coco.
Andrés (Mientras habla, cuenta las silabas con los dedos): Rom-pe-ca-be-zas
Si-que- tie-neun-buen-nom-bre
Te-que-mael-co-co
Felipe: Uy, fue sin querer
Un verso sin esfuerzo
Que casualidad
Andrés: Te dije que sale natural.
Felipe: A ver, contame alguno que hayas escrito.
Andrés: No, son cosas que uno escribe por escribir. No es para mostrar.
Felipe: Algunito.
Andrés: Bueno, justamente traigo conmigo una hoja que se me traspapeló entre los planos. Pero mirá que son muy desparejos, están muy disociados entre si.
Felipe: ¿Pero no es que cada Haiku es una unidad en si mismo, con principio nudo y desenlace?
Andrés: Si
Felipe: ¿Entonces? ¿Que problema?
Andrés: Bueno, pero uno busca una voz propia, algo que unifique. Una identidad literaria.
Felipe: A ver, leeme.
Andrés (Se pone los anteojos y lee): Quiero ir al super,
Y comprarme balizas
Para mi coche.
(Silencio)
Felipe: Está bueno, tiene como algo mundano, ¿No?
Andrés: Si. Pero está muy desprendido de los otros, que tienen un tono más… no se, más pesado, con más superposición de conceptos, más juego con la forma.
Felipe: ¿A ver? Leeme otro.
Andrés (Leyendo): Cuantas balizas
Podría comprarme allí
Denmenlas todas
(Silencio)
Felipe: Ese si está relacionado con el anterior.
Andrés: ¿En que?
Felipe: Y, es como la continuación. Seguís hablando de las balizas.
Andrés: Si, pero es una sola palabra, no es una conexión real de estilo.
Felipe: Pero es la continuación. De echo, el segundo no se entiende sin el primero: “Cuantas balizas podría comprarme allí…” ¿Dónde? En el supermercado del primer haiku.
Andrés: No. Es un “alli” que juega con el lugar de indeterminación. Es lo que debe completar el lector con su vida y su experiencia personal.
Felipe: Entiendo.
Andrés: ¿Te leo otro?
Felipe: Si, si, por favor.
Andrés (leyendo): Si algún día choco,
Quiero estar preparado
No sea cosa que
Felipe: De nuevo.
Andrés: ¿Qué?
Felipe: Es lo que sigue a lo de las balizas.
Andrés: ¿De qué manera?
Felipe: Querés tener las balizas por si algún día chocás.
Andrés (riendo): Medio rebuscado, ¿no?
Felipe: No creo, ¿Si yo te digo “Voy a ir al super a comprar balizas, quiero estar preparado por si algún día choco”, a vos te suena rebuscado?
Andrés: Pero eso es distinto, es otra métrica, otra forma.
Felipe: Bueno, vos sabrás mejor que yo. Leeme otro, quiero saber como sigue la historia.
Andrés: ¿Qué historia?
Felipe: No, digo que me leas otro.
Andrés (leyendo): Hoy mismamente
En santa fe al dos mil
Casi me chocan.
Felipe: Bueno, que se yo.
Andrés: ¿Qué, no te gustó?
Felipe: Si, no, si… Pero… Sigue con lo de antes.
Andrés: ¿Por lo del choque?
Felipe: Claro.
Andrés: Pero es natural que un autor tenga sus obsesiones, sus temas recurrentes.
Felipe: Supongo.
Andrés: A ver este (Leyendo). Que quede claro
Mis corbatas son de Luis
Si yo me muero
¿Qué tal? ¿Ese también te parece que está relacionado?
Felipe: ¿La verdad? (Pausa) Un poquito
Andres (Exclamando): ¿Dónde?
Felipe: Y, medio que venís hablando de chocar, y de repente haces una especie de testamento por si te morís. Hay cierta relación. No se si mucha, pero la hay.
Andrés: Bue…
Felipe: Si, no. Es verdad, es exagerado. ¿Hay más?
Andrés: Algunos.
Felipe: A ver.
Andrés (Leyendo): Toda la plata,
De cuando robé un banco
Es para Norma
Felipe ríe nerviosamente
Andrés: ¿Qué?
Felipe: Seguís con el testamento.
Andrés: No, no tiene nada que ver. En esté nadie se está muriendo.
Felipe: Pero si lo lees justo después del anterior, queda como que si.
Andrés: Igual están en el orden que los fui escribiendo. Pienso ponerlos en un orden distinto que genere una sensación de viaje.
Felipe: ¿Viaje?
Andrés: Si. ¿Te leo otro?
Felipe: Dale
Andrés (leyendo): Nada más tengo
Exepto las balizas
Que le dejo a inés
Felipe: ¡Vamos, che! ¿Me vas a decir que no lo ves?
Andrés: ¿Este también?
Felipe: ¡Si! No solamente continuás indirectamente con lo del testamente, diciendo que no tenés nada más para dejar a tus allegados, sino que también retomás las balizas.
Andrés: Bueno, vos le encontrás sentidos que no estaban ahí originalmente. Es lo que pasa con toda obra, que deja de pertenecer al autor en el momento en que se da la comunicación.
Felipe: Si, puede ser eso.
Andrés: Último.
Felipe: A ver.
Andrés (leyendo): Voy a ir a Easy
Voy a ir bien empilchado
Voy de levante.
Silencio
Andrés: ¿Qué?
Felipe: No, nada. Este es bastante distinto.
Andrés: ¿Pero?
Felipe: No, nada… Que…
Andrés: Vamos, hombre.
Felipe: Nada, que lo de Easy… No se, es un lugar donde venden balizas.
Andrés: Vos también, estás tratando de encontrar cualquier posible relación.
Felipe: Si, es un poco rebuscado.
Andrés: Bueno, no tiene que gustarle a todo el mundo.
Felipe: No, no es eso, me parecen muy lindos.
Andrés: Lindos son los cachorritos y los arreglos florales. Yo busco provocar, sacar del estatismo. Si alguien lee esto e incorpora alguna enseñanza, yo logré mi cometido.
(Silencio)
Felipe: ¿Miramos un poco los planos?
Andrés: Si, cambié un poquito la disposición dentro de los baños, como para que de más una sensación de unidad.
Felipe: A ver.
Desenrollan un plano y le dan la espalda al público mirando el plano y apuntando al edificio en construcción.