lunes, julio 16, 2007

La otra historia

Liz,

No siento culpa y se que no va a haber castigo. Aunque tal vez mi castigo sea no sentir culpa. No sentir hambre, no desear nada, no dormir. Ahora todos los minutos del día duran lo mismo, el tiempo ya no se estira y se acorta dependiendo de mi ánimo: estoy viviendo en tiempo real.

Que tentación decir “ya nada importa”, pero si eso fuera cierto, no estaría escribiéndote. Así que supongo que algo importa. Puede que sea una forma de auto sabotaje, escribir una confesión con el secreto anhelo de que caiga en malas manos.

A Juan lo maté yo. En un solo acto, mate al hijo del gobernador y mi única esperanza de ser feliz. Fue mi aporte a la campaña de Uriarte: en año de elecciones no conviene tener un hijo puto que anda haciendo mariconadas con un hombre veinte años mayor.

Y no me vienen a buscar. Ni una sirena ni nada. Fue un accidente. Te juro, lo leí en el diario.

Hace cinco minutos que me estoy riendo imaginándome las caras que estarás poniendo mientras lees esto. ¿Viste que al final si queda algo de mi? ¡Me estoy riendo! Al parecer mi adelanté a los hechos. Yo que creía que ahora era nada más el nombre ridículo que me dieron mis padres.

Vamos al dónde y al cómo, la parte jugosa, el detalle incriminador. Es un infierno que no me toca, es como algo que me contaron. Dice así: Juan y yo fuimos al río por el sendero que habíamos creado nosotros mismos, con nuestros encuentros. Pero ese día el silencio que antes era cómplice, estaba cargado de una estática terrible. Juan caminaba adelante, sin frenar ni una vez a mirarme. Tampoco les respondía a los pájaros con su silbido. Me castigué mentalmente por leer demasiado en detalles sin importancia, y troté un poco hasta alcanzarlo y abrazarlo por atrás. Caminamos juntos unos metros, pero enseguida es escapó con la excusa de inspeccionar unos hongos aburridísimos que crecían de un árbol. Cuando llegamos, se sentó de espaldas al río y me miró como si le estuviera tratando de vender algo. Sentate, quiero hablarte.

Y ahí lo dijo: se casaba con su prima, una gorda depresiva con olor a pirámide. Era lo mejor, pueblo chico infierno grande, además, el estaba probando cosas, el no era como yo. Antes que yo dijera nada, quería que supiera que papá no había tenido nada que ver en esto, era una decisión que el había tomado solo, porque le parecía lo mejor para todos. Y en unos años nos íbamos a encontrar y yo le iba a decir Juan, tenías razón, ahora puedo verlo. Y yo con una piedra en la mano lo escuche decir que había sido divertido, que la habíamos pasado bien, y de repente no lo escuchaba más porque el sonido del río aumentaba y aumentaba hasta tapar todo.

Después del golpe se quedó quieto unos segundos, pestañando muy seguido, empezó a mirar el piso como si buscara algo. La sangre le cubrió la cara con un color de mentira. Le pegué de nuevo en la cabeza y lo arrastré hasta la orilla. Puede ser que ya estuviera muerto cunado empecé a ahogarlo mientras lo estrangulaba. Habré estado diez minutos, no tengo idea.

Y ahora no me acuerdo porqué eran graciosas las caras que vas a poner cuando leas esto, Liz. El chiste se me escapa. Parece que estoy volviendo a ser mi nombre y nada más. El chiste ahora soy yo. ¿Quién quedó? El era el mundo para mí. No quedó nadie.

Pinchame

21 comentarios:

Boy dijo...

Dijo la crítica:

un nuevo género!!
el chiste drama inspirado en el nursery rime
producto de nuestro tiempo, nacido como de un pedo que se tiró un robot en un pasiaje semiderretido

"tiene demasiadas ideas" comentó George Bush padre

"yo que soy viajado y visité las piramides puedo aseverar que huelen exactamente a gorda deprimida" dijo Macaya Marqques

"lo veo claramente la sangre tiene el color de las mentiras blancas" dijo Ray Charle mirando su bastón

" decime que no es un sueño, pellizcame, pinchame" dijo una lectora que se había equivocado de blog

Desde Madrid, festejando el retorno de Perón, para CÑÑ

Pf!!

Anónimo dijo...

pobre Juan, pensar que su único crimen fue ser puto, hijo de un candidato a gobernador y victima de un chiste antiquisimo.

Socram dijo...

Pinchame... ¡Al fin entiendo el chiste!

Anónimo dijo...

juan y Teacabo se tomaron el 168. juan se bajo en pringles y estado de israel y Teacabo en la boca

Álvarez Gómez dijo...

Muy bueno querido Mateo.
(Hace días que esperaba un texto nuevo)

Anónimo dijo...

contate una de yac and yil
pf

Anónimo dijo...

Genial. Me gustó mucho.
¿Para cuando el libro?

Anónimo dijo...

los libros se pasaron de moda, ahora lo que mola es el blog de mat.

Anónimo dijo...

un invento Mat temático

ariela dijo...

bien! ahora uno de got-your-nose? capaz uno de gallegos? vascos?
¿O es que el género nació para morir en su primer intento?
veremos,veremos, después lo sabremos?

Anónimo dijo...

si arielita se fuera con otro...

pf!

tallercitodecine dijo...

¡mi pa me cantaba un montón esa canción!
gracias al ppdsakdoaaf por recordarme mis épocas de bigote negro y sombreros de ala infinita... cuando nos sentábamos en las puntas de las pirámides a ver pasar la vida...

ariela dijo...

era yo

Anónimo dijo...

si por mar en un barcos de querra..
si por tierra en un tren militar

pf

Anónimo dijo...

melochiste... chistedrama... chisticial dramático... intriga chistipolítica...

yo digo que el genero es demasiado bueno para caducar apenas nacido, pero si tiene que morir, que muera con nombre, como juan, y como pinchame, auch!
(la dignidad no se la pongo porque ya viene adjunta)

eso, quería dejar pruebas visibles de que me parece buenísimo, ¡que me pinches te digo!
auch!

necesito un apodo dijo...
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Mateo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Llegué a leer el antipoema, y le digo nomás que estaba piola. No se porqué desapareció.

Mateo dijo...

Gracias. Lo voy a leer otra vez a ver que me parece

Anónimo dijo...

si, eu, una no puede dormir tranquila que se despierta y las cosas desaparecieron!
bueh, voy a confiar en que el entrenador te enseñó El Buen Criterio al tiempo que te enseñaba sit! y lapatita-mat-lapatita. y si lo sacaste por algo es.
tssssst!

Anónimo dijo...

un momento... las cosas viraron inesperadamente mientras escribía eso anterior.
se ve que el mundo gira más rápido que mi válvula reguladora.