miércoles, mayo 30, 2007

Drama personal (drama prisional)

Dramatis personae

Margarita
Señora Goldberg: Madre de Margarita
Señora Bergman: Una amiga de la señora Goldberg

En el centro del escenario, la señora Goldberg y la señora Bergman están sentadas sobre dos bicicletas fijas que apuntan a la derecha. Detrás de ellas hay una pantalla sobre la cual se proyecta un paisaje que se mueve durante la conversación, dando la ilusión de que avanzan. Ellas no pedalean en ningún momento.

Señora Bergman (agitada): ¿Ayunaste bien?
Señora Goldberg (agitada): Siempre me pasa lo mismo en Yom Kippur: Ayuno y me siento bárbara, y después me como todo y me siento una chancha.
Señora Bergman: Mi marido no ayuna, dice que es ateo.
Señora Goldberg: Me dan pena los ateos. ¿Sabés que mi nena ayuna con nosotros?
Señora Bergman: ¿Margarita? Pero si le faltan años para el bat mitzva.
Señora Goldberg: Es muy precoz. No sabés como habla el inglés. Lo aprende escuchando la radio ¿viste esos programas que enseñan inglés?
Señora Bergman: Que linda es la nena tuya, mofletuda y con esas pequitas en la nariz.
Señora Goldberg: Bueno, te dejo, que la dejé sola en el arenero.

La bicicleta de la señora Goldberg permanece quieta en el centro del escenario mientras que la de la señora Bergman desaparece haciendo marcha atrás, dando la ilusión de que la señora Goldberg avanza más rápido que su amiga. El arenero aparece por la derecha con Margarita adentro. La imagen proyectada se detiene en un cuadro. La señora Goldberg se baja de la bicicleta y avanza unos pasos hacia su hija. En el arenero hay varios muñecos, una radio y un modelo de escenario (con cortina y todo).

Margarita: Esto me va a doler más a mí que a vos.
Señora Goldberg: Hola hija.
Margarita: Goldberg.
Señora Goldberg: ¿A que jugabas?
Margarita: A que mi pequeño pony se quebraba una pierna y había que sacrificarlo.
Señora Goldberg: ¡Gorda! Te dije que te sacaras los zapatos antes de entrar al arenero, después entras a la casa y haces un lío bárbaro.
Margarita: Ay, Goldberg, usted aburre.
Señora Goldberg: Lo que me aburre es estar fregando el piso como una loca. (Silencio corto) Vení a darle un beso a mami.
Margarita: Más luego
Señora Goldberg: Me voy a dar una duchita rapidita y después quiero que hagas los deberes.

Se retira

Margarita agarra dos playmobil y el escenario y juega a que un playmobil es un policía y el otro un hombre que va a la comisaría a hacer una denuncia. Margarita hace las voces de ambos. Esta es la escena que se desarrolla entre ellos.

Dramatis personae

Alejandro: Un tipo al que le chorearon unos chorizos
Oficial: Un oficial

Una comisaría. Varios uniformados se pasean, entrando y saliendo del escenario. Algunos empujan a hombres esposados con remeras de los redondos, otros llevan a prostitutas agarradas del brazo. En el centro del escenario hay un mostrador detrás del cual un policía atiende a una señora. Entra Alejandro.

Oficial: Vaya por aquel pasillo hasta el fondo que le van a tomar la declaración.

La señora sale. Alejandro avanza y gana el mostrador.

Alejandro: Vengo a hacer una denuncia.
Oficial: ¿Por qué motivo?
Alejandro: Unos chorros me chorearon unos chorizos.
Oficial: ¿Podría identificarlos?
Alejandro: Y… eran chorizos, no se si podré discriminarlos de otros chorizos. Les había hecho unos agujeros con un tenedor para que chorrearan la grasa.
Oficial: A los mal viviente me refiero.
Alejandro: Ah, ellos. Si, están en mi casa, los maté con mi pistola. Les hice unos agujeros para que no chorearan más, los grasas.
Oficial: No se dice grasas, se dice “personas de capacidad adquisitiva reducida”
Alejandro: “Adquisitiva reducida” que mal suena.
Oficial: Yo no invento los términos, señor, si por mi fuera se les diría “negros de mierda”, pero ya ve que soy una mera pieza de un sistema que nos abarca a ambos.
Alejandro: Eso a mi no me incumbe, yo vivo en el presente, la visión global de las cosas es algo que interesa sólo a las gentes que miran a largo plazo. Lo que yo quiero es que me devuelvan mis chorizos.
Oficial: Es entendible… Pero, si los mató… Digo… Seguramente llevaban los chorizos consigo, ¿no los recuperó?
Alejandro: Si, pero al ver la sangre, mi mujer empezó a gritar, y mientras yo la cacheteaba un poco para calmarla, el perro se comió los chorizos.
Oficial: Ya veo, the plot thickens.
Alejandro: ¿Como dice?
Oficial: The plot thickens.
Alejandro: No entiendo
Oficial (modulando exageradamente): The (silencio) Plot (silencio) thickens.
Alejandro: No se que es eso, ¿debiera saberlo?
Oficial: Es ingles.
Alejandro: Haberlo dicho, yo ingles no hablo.
Oficial: ¡Opa! Mhmmmm. Entonces… ¿Qué hace acá?
Alejandro: Vengo a reclamar mis chorizos.
Oficial: Señor, la policía está aquí para asegurarse que la justicia se imparta y para castigar al que la desconoce.
Alejandro: ¡Y eso mismo busco!
Oficial: Pero Ud. no habla ingles…
Alejandro: No
Oficial: Entonces estoy atado de manos, no hay nada que pueda hacer por usted.
Alejandro (colérico): ¡Pero aquí trascendió un choreo!
Oficial: ¿Si no habla inglés como hago para distinguirlo de un P.C.A.R?
Alejandro: ¿Un que?
Oficial: Persona de capacidad adquisitiva reducida.
Alejandro: ¿Pero no éramos todos iguales ante la ley?
Oficial (conteniendo la risa): Iguales, lo que se dice iguales (silencio). Parecidos.
Alejandro: Pero lo dice la constitución
Oficial: Si, si, somos todos iguales, lo que pasa es que algunos son un poco más iguales que otros.
Alejandro: Ya veo.
Oficial: Haga el favor de retirarse antes de que lo arreste por homicidio.
Alejandro: Si, me voy.

Alejandro camina hacia la calle con pasos lentos, dudando. En el último momento se da vuelta y grita

Alejandro: ¡Viva la revolución!

Alejandro sale corriendo de la comisaría. El oficial salta por encima del mostrador y lo persigue.

Oficial (en off): !Bang! !bang! !bang! !bang!
Alejandro (muriendo): Arrrrrrgggggggggggg.

El oficial vuelve a entrar, bañando de pies a cabeza en sangre.

Oficial: What bolud he is.

Cortina

Señora Goldberg (en off): !Gorda, los deberes!
Margarita: ¿A que fin?
Señora Goldberg: El año que viene empezás la primaria y tenés que ir habituándote a las tareas.
Margarita: Goldberg, yo termino jardín y largo.

Cortina

Último capitulo: En el que pierdo los estribos y digo algunas cosas de las que probablemente me arrepienta en unos días.

Me arrepentí

viernes, mayo 18, 2007

Adivinanza: ¿Qué es eso que no veo?

“Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla.”
J.L. Borges

¿En que se pierde este tabaco cuando arde, que empieza gris y se diluye al invisible?
¿Contra que chocan las personas y las cosas, cuando no chocan ni con cosas ni personas?
¿Qué es celeste en la distancia inalcanzable, lejano tanto para el hombre como el ave?
¿De que montura son jinetes las palabras cuando viajan del que canta al que lo escucha?
¿Porqué los peces, como el hombre que se ahoga, morirían si en su nado lo encontraran?
¿Qué llena el pecho por efecto de un reflejo, con cada ciclo de un músculo incansable?

jueves, mayo 10, 2007

El error




lunes, mayo 07, 2007

Vegas


Buscando a Diegui


domingo, mayo 06, 2007

miércoles, mayo 02, 2007

En blanco y negro

Hombre en llamas: Volví a tener una pesadilla.
Doctor: ¿La misma de siempre?
Hombre en llamas: No, pero también tenía un banquito. Era de madera casi blanca excepto las patas, que estaban metidas en el barro. La única luz venía del hombre en llamas, que se acercaba tentativamente al banco pero retrocedía enseguida, incomodo y un poco avergonzado. Lo esquivaban dos varones, que prendian cigarrillos con sus llamas y esparcían el plástico derretido de sus zapatillas con un palo. Casi imperceptible, de un negro apenas más claro que la noche, los acechaba un árbol terrible, que se sacudía apenas, a pesar del desmesurado viento.
Doctor: Un hombre en llamas. ¿Y no sentía dolor?
Hombre en llamas: No, pero realmente quería sentarse y alguna fuerza extraña se lo impide. Es una especie de dolor, supongo.
Doctor: Por favor, ahorrase las suposiciones. Acá estoy yo para interpretar, Ud. limítese a contar, seca y objetivamente, lo que soñó.
Hombre en llamas: Después soñé una confusión entre dos hombres que armaban un reloj enorme en una torre. Uno le pidió al otro que le pase un phillips, y el otro le prendió un cigarrillo. El primero estalla en carcajadas. El otro, confundido, se ríe nerviosamente. Nunca comprenderá su error.
Doctor: ¿Lo que en realidad quería era un destornillador?
Hombre en llamas: ¿Qué destornillador?
Doctor: Un phillips
Hombre en llamas: No comprendo ¿Es una marca de destornilladores?
Doctor: Es un tipo de destornilladores, para tornillos de estrella. Pero Ud. tiene que saber esto. ¿De que otra manera explica el sueño?
Hombre en llamas: Pero entonces… ¡Claro! La confusión consiste en que uno de los hombres pide un destornillados phillips y recibe un phillip morris. Ya veo la gracia.
Doctor: ¿Cómo puede ser que haya soñado un juego de palabras que incluye una acepción que desconoce? Es imposible.
Hombre en llamas: Al menos que el sueño fuera de otra persona.
Doctor: Incluso las palabras que utilizó para contar el sueño demuestran que Ud. entendía. ¿Por qué otro motivo hubiera dicho que se trataba de una confusión? Para un hombre que no conoce los destornilladores phillips, el sueño sería absurdo, como los sueños generalmente son. Además, usted mencionó que el hombre que ofrece el cigarrillo nunca comprenderá su error. ¿A que error se refería?
Hombre en llamas: Me ha descubierto, Doctor. No soné nada de lo que he dicho. Pero yo realmente no sabía lo de los destornilladores.
Doctor: ¿De donde sacó esa historia, entonces?
Hombre en llamas: La vi ocurrir hace un instante.
Doctor: Imposible. ¿Dónde?
Hombre en llamas: Usted soñó tres sueños esta noche. Yo estaba en el primero. El segundo lo vi ocurrir mientras lo esperaba en este diván. Sentado. Y este último acaba con esa ambulancia que se acerca. Escuche esa sirena. Está sugestionada por su despertador. Buenos días, Doctor.