lunes, junio 07, 2010

El precio del amor

Un hombre se acerca a una cajera de un supermercado

Hombre: ¿Me podés decir el precio de esto?

Cajera: Cómo no, señor. (beep) Doce setenta.

Hombre: ¿No será mucho?

Cajera: ¿A usted cuánto le parece que vale?

Hombre: Ocho. Nueve como mucho.

Cajera: Bueno, usted pague nueve y yo pongo la diferencia de mi bolsillo.

Hombre: ¿Porqué?

Cajera: Porque usted me gusta.

Hombre: ¿En serio? ¿Qué te gusta de mí?

Cajera: Sus facciones claras, su mirada profunda pero tranquila, su manera distraída de perderse entre las góndolas… pero lo que más me gusta de usted es esa sonrisa huidiza que ahora mismo le ilumina el rostro. Podría vivir buscando nuevas y viejas maneras de robarle esa sonrisa.

Hombre: ¿Así que te gusto?

Cajera: Sí, la verdad que sí.

Hombre: ¿Y querés tomar algo después?

Cajera: No, gracias.

Hombre: ¿Cómo?

Cajera: Usted me resulta vomitivo.

Hombre (herido y confundido): ¿Qué? Pero dijiste…

Cajera: Era un mentira que pergeñé. Quería tentarlo para que comprara ese shampoo. Mi plan nunca fue pagarle la diferencia. Confiaba en que usted, halagado por mi engaño, no aceptara la oferta e insistiera, caballerosamente, en pagar el monto total.

Hombre: Ya veo. Que necio fui al pensar que yo podía gustarte. Vos sos tan linda.

Cajera: ¿Usted cree?

Hombre: Sí. Deben decírtelo todo el tiempo.

Cajera (sonrojándose): Bueno… a veces.

Hombre: No seas modesta, Teresa.

Cajera: ¿Cómo sabe mi nombre?

Hombre: Lo dice el cartelito que tenés en la teta.

Cajera (riendo): No diga teta, señor.

La cajera termina de reírse y por un breve instante se miran a los ojos en silencio. El hombre se da cuenta de que la ama.

Hombre (retrocediendo de espaldas, sobrecogido por la emoción): Bueno. Adiós.

Cajera: Espere, se olvida el shampoo.

Hombre: No, dejá. No lo voy a llevar.

Cajera: Mire que le cobro nueve y yo pongo la diferencia.

Hombre (confundido): Creí que eso era un complejo engaño. Que tu intención desde un principio era halagarme para que yo comprara…

Cajera (interrumpiendo): Era mentira.

Hombre: ¿Qué parte?

Cajera: Usted en realidad sí me gusta. Me gusta mucho. Y además, imagínese que yo no trabajo a comisión con el supermercado. Poco podría importarme que usted lleve o deje de llevar un shampoo.

Hombre: ¿Y ese plan que me decías antes?

Mujer: Lo dije por pudor. Cuando me invitó a tomar algo… me sentí vulnerable e inventé cualquier cosa. Lo siento, no quise mentirle. Si usted volviera a invitarme, no dudaría en responder que sí.

Hombre: ¿Querés pasar por casa cuando salgas de trabajar?

Cajera: Sí.

Hombre (sonriendo enormemente): ¡Qué feliz soy!

Cajera: Yo también. Verlo sonreír así...

Hombre: Voy a casa a preparar todo. Cobrame esto.

Cajera: ¿Lleva el shampoo solo?

Hombre: Sí

Cajera (beep): Nueve pesos.

Hombre: No. Doce con setenta. Pienso pagar el total.

Cajera: Usted es un caballero.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos tenemos nuestro precio..
Un beso o 2 !

Vic dijo...

Sos un groso!! Recien hoy encontre tu blog y ya me estoy regocijando por todo lo que tengo para leer!!

Suerte!

taz dijo...

mat, me encanta el 87 por ciento del cuento. me encanta la manera en la que te perdes distraidamente por las lineas del texto. la sonrisa huidiza que me produce leerlo, podrás vivir buscando nuevas y viejas maneras de probocarmela? tengo 12 con 70.

Mikel dijo...

jaja, pergeñar?

vicki dijo...

Me lo leí con el mate de la mañana + una canción de Nick Drake y quedé así: =0)

Lu dijo...

puta, que complicado que es todo...
el amor y eso, me refiero

paula p dijo...

ah....lo que es el amor!

hormiga dijo...

fui y volvi, fui y voli, quiero saber como sigue!!!!

Unknown dijo...

un buen momento en la vida de Teresa y el hombre.
me encanta, chiquito y encantador.

Gugú dijo...

ai el amor!
que bello!!

hola tu blog, tanto tiempo =)

bretón dijo...

Buena Mat!
Gustó enormemente.

breton dijo...

Buena Mat!
Gustó enormemente.

La loca de Mierda dijo...

jajajajajaja pera y despues paso por la casa o no?

muy bueno me gusto!

Hormonales dijo...

Todos cotizamos, pero va variando el valor según el potencial comprador.
Algunas vamos en cuotas porque creemos que de esa manera podemos preservarnos de la devaluación.

Juan dijo...

ah! si todo fuera tan sincero y fácil...

wix dijo...

adhiero, si todo fuera tan sincero y facil...

Anónimo dijo...

¡el plan que pergeñó!
es super genial, mateo.

Guillermo Altayrac dijo...

¡Esto es excelente! Jajajaja. Me has hecho reír en la soledad de mi living, como un loco. Jajajajaja.

Saludos.