viernes, diciembre 28, 2007
miércoles, diciembre 19, 2007
Mientras el general habla, una figura en sombras cruza por el fondo del escenario. Su silueta es monstruosa, su cabeza es enorme, camina acuclillado
General: Olaf, mi muy insolente máquina de matar, ¿Qué te he dicho sobre pensar? podrías dañar alguno de tus engranajes. (El general sigue hablando, pero Olaf, notando la presencia invisible, retrocede lentamente hacia su rifle) ¿crees por un segundo que Yo…
Un disparo desde la derecha le rompe el pecho al general, esparciendo su sangre en la arena. Al instante Olaf se arroja sobre su rifle y con el mismo movimiento gira y se parapeta detrás de su mochila. Cubriéndose con la mochila avanza cuerpo a tierra hasta el general y le sostiene la cabeza con las manos.
General: Olaf, mira mi copa… (Muestra la copa que aún sostiene en la mano) vacía (se rie) Ve a llenar mi copa, Olaf. (rie) Quiero algo muy añejado. De hecho… tengo una idea mejor. Destilaremos nuestro propio whisky y lo añejaremos treinta años. Y ese whisky será mejor que todos los demás, porque será nuestro y tendrá el sabor de la azaña. (Tose. Pausa larga) No siento dolor, pero en tu expresión veo que tendré que conformarme con lo que hay en mi copa. Al menos mi sangre se mezcla con el alcohol en la arena. (tose) Olaf… siempre… (tose) siempre... fuiste un imbécil.
El general muere. Olaf le cierra los ojos y se calza el rifle. Se levanta y dispara tres veces. Después queda congelado mirando fuera del escenario. El monstruo entra por la sombra y se lo va distinguiendo de a poco a medida que se acerca a Olaf. Es Gaturro, el de nik, pero más siniestro todavía. Le asoman unos colmillos sangrientos, y los ojos se mueven maniáticamente. Arrastra, atado a una de sus patas, a Snoopy muerto.
Continuará…
sábado, diciembre 08, 2007
El ascenso de Olaf "el matapichichos" hacia la gloria y los laureles
General: Eres un estúpido, Olaf. Eso es precisamente lo que ellos esperan. Que lleguemos en carreta disfrazados de leprosos, arrastrando un perro muerto atado a la pata del equino. Es demasiado obvio. Seguramente en este mismo momento estén urdiendo una siniestra estratagema y avivando con alcohol el fuego de la venganza que arde agazapada en sus gargantas. Los veo tendiendo carpas a cierta distancia del camino, esperándonos... Mi querido imbécil Olaf, tu plan es predecible, y yo soy capaz de uno muy superior. Apunta mis palabras, sólo las diré una vez: (improvisando) ...Esperaremos que el sol se oculte, y, guiándonos por las estrellas, buscaremos un helicop...
Olaf (interrumpiéndolo): Disculpe, general, y no lo tome como sublevación, pero ya no puedo seguir aguantando este trato sin decirle lo que siento: Usted me trata muy mal y yo lo único que quiero es ayudar. Además -y se lo digo con todo respeto, mi general- le recuerdo que no es mi culpa que tengamos que volver a cruzar a lineas enemigas. Yo no soy el que se olvidó el movicom en la fonda e insiste en volver a buscarlo. (pausa larga, Olaf junta coraje y sigue)Y hágame caso que la idea de los leprosos no es mala. Piénselo: No querrán acercarse a nosotros por miedo a contagiarse. Se encerrarán en sus casas y nos dejarán en paz hasta que crucemos la aldea. Cuando entremos de nuevo al desierto, puede que nos arrojen piedras a la carreta para decirnos que los leprosos no son bienvenidos, pero eso será todo. (silencio corto) Y lo del perro agregará a la imagen de decadencia y putrefacción. (apartado para que el general no escuche) Y además nos da un buen motivo para matar a un pichicho (Ahorca un perro imaginario con las manos).
General: Callate un momento, Olaf, estoy teniendo una idea... (Olaf no lo escucha. Está ahorcando al perro cada vez más fuerte, en un trance) ¡Lo tengo! (Olaf se sobresalta con el grito y sale del trance)... Iremos en algún tipo de vehículo precario... tracción a sangre. (Piensa) Vestiremos ropas andrajosas para dar una imagen enfermiza y lúgubre... (piensa) Llevaremos un pequeño mástil con un gato muerto colgado, así nuestra aciaga presencia encontrará un eco visual en la macabra bandera, acentuando nuestro tono funesto.
Olaf: Eso es casi lo que dij...
General: ¡Olaf, bastardo inoportuno! ¿No ves que mi vasta inteligencia se destaca aun más cuando se apoya en la quietud y el silencio?... Déjame pensar (silencio largo) ¡Chist! ya lo has arruinado. A veces no se porqué te permito servirme. Es cómo arrastrar un peso muerto atado a una de mis piernas.
Olaf (dolido): No diga eso, general.
General: Déjame con mis elucubraciones. Ve a conseguir un carruaje y un perro muerto mientras termino de arreglar los asuntos.
Olaf (malicioso): ¿Es un perro entonces? Me parece que su idea original era un gato, general.
General (dándose cuenta de su error): ¿Qué?... No molestes mi genio con nimiedades, trae lo que encuentres.
Olaf sale por la derecha dejando atrás el rifle y la mochila. Enseguida empiezan a llover perros y gatos muertos, formando una pequeña montaña a los pies del general, que mira en la dirección en que se fue Olaf mientras le pone la boquilla a un cigarrillo. Antes de que pueda prenderlo, vuelve a entrar Olaf rengueando. Tiene sangre en la cara y la ropa deshecha. lleva las riendas de un caballo que rebuzna fuera de escena. Ata las riendas al palenque y hace la venia militar ante el general.
General: Ese carruaje está maltrecho y ajado. El hierro oxidado y la madera astillada son terriblemente indecorosos. Y no quiero volver a oír la excusa de que en el desierto sólo hay arena. Me has vuelto a fallar.
Olaf (sumiso): Pensé que iba con la imagen que buscábamos... Usted sabe, mi general: sórdido, sucio, rotoso...
(pausa)
General: El tiempo apremia y tendremos que usar lo que tenemos. Además... si... claro... ¡Es brillante!. (pausa) Lo explicaré de manera tan sencilla que hasta tu podrás entenderlo, mi tonto amigo. Mira alrededor tuyo.... (Olaf da una vuelta, mirando los 360 grados de horizonte arenoso) Esto no es Londres, Olafín. ¿Ves alguna fabrica? ¿Una plaza? ¿Un teatro?... Estamos en el desierto, imbécil. Aquí, los vistosos carruajes de la ciudad desentonarían, dejando en evidencia que...
Olaf (contento): ¡Si, si, yo pensé lo mismo!
Continuará...
lunes, noviembre 26, 2007
domingo, noviembre 18, 2007
sábado, noviembre 17, 2007
sábado, noviembre 03, 2007
lunes, octubre 29, 2007
El monstruo que no se quería ir a dormir
martes, octubre 23, 2007
viernes, octubre 19, 2007
martes, octubre 16, 2007
Odisea del espacio
Uno que escuchaba el enojado discurso del jefe, lo interrumpió desde la ventana para decirle que venían a matarlo y quedarse con la empresa. De entre las filas, desperdigadas por todo el cuarto, empezaron a oírse algunas voces de “no se si mataaarlo” o “Yo lo que quiero es acciones”. Pero otros ya blandían armas o aprovechaban la pata de uno de los muchos muebles que llenaban el cuarto atiborrado.
El jefe, que llevaba calzado deportivo, eludió varias balas. Pisando cabezas ganó la calle y accionó un botón en su reloj. Su corbata, que parecía de fina seda, estaba hecha de cintos de libélulas robot que lo sujetaron con pinzas retráctiles y lo llevaron volando por el cielo.
jueves, setiembre 13, 2007
Chuzas y canaletas
Walter: Mi paciencia mengua
Tu: Asi la mía.
Walter: Tengo un plan.
Tu: ¿Hacernos con estos zapatos tan vistosos?
Walter: Exacto
(largo silencio)
Walter: Si anoto un strike lo hacemos
Walter se levanta y mira a todas partes con disimulo mal disimulado. Coloca una mano sobre el ventilador para secar el sudor abundante, mientras con la otra acaricia la pelota, haciéndola girar hasta que los tres agujeros le quedan a la vista. La levanta y enfrenta los pinos. Avanza lentamente hacia la pista, dibuja una grácil curva con la pierna derecha por detrás de la izquierda, y orienta el bólido.
miércoles, setiembre 12, 2007
En bata
Esc 1 interior/taxi día
Un loco (25) viaja en silencio en un taxi. Tiene un cuello ortopédico. El taxímetro marca cinco pesos. Revisa sus bolsillos y tiene solamente cuarenta centavos. Suda. Está aterrorizado.
LOCO
Acá, en este edificio está bien.
Esperame un minuto que voy a buscar la plata.
TAXISTA
Bueno.
El loco se baja y se para frente al portero automático del edificio pero no toca ningún timbre. Mira al taxista con mirada nerviosa y se da a la fuga corriendo por la calle. El taxista lo sigue con el auto gritándole que pare, acelera hasta la esquina y le corta el paso en la bocacalle. El loco, lleno de miedo, saca un arma y mata al taxista.
Esc 2 interior/cocina día
Juan (47) mira televisión en calzoncillos y bata. Todavía no está del todo despierto y su concentración va y viene entre la televisión y una tostada con mendicrim. Carla (45), su mujer, lustra el piso de un cuarto adjunto.
COMENTARISTA DE CRÓNICA
…La ley fue aprobada a pesar de la fuerte
Oposición oficialista. En otras noticias, un peculiar incidente sacude al mundo del deporte cuando ayer, a las seis horas y treinta y siete minutos de la tarde, horario local, todas las personas del mundo que llevaban a cabo alguna actividad deportiva, quedaron congeladas. Aun se desconoce la causa de este extraño incidente.
Mientras la comentarista habla, se ve una imagen de Tigre Woods congelado en medio de un swing. Tiene alrededor cintas de peligro y algunos oficiales de policía que toman café y comen pizza. Después el noticiero pasa a otras imágenes de deportistas congelados: Una cancha de futbol con todos los jugadores quietos, un hombre congelado en el aire encima de un trampolín, dos ajedrecistas congelados mirando un tablero, otras.
COMENTARISTA
Ahora vamos con Alberto meconi para ver como va a pasar con el clima este fin de semana, si ya podemos guardar la campera o todavía queda un poquito más de invierno.
JUAN (totalmente sorprendido)
¿Cómo el clima? ¿Qué es esto?... ¡Carla! ¡Vení!
Entra Carla con un pañuelo atado en la cabeza y un pote de pomada para lustrar pisos en la mano.
CARLA
¿Que pasa Juanchi?
JUAN
Se congelaron los que hacían deportes… todos, creo. Los que hacían deportes a las seis y pico de ayer. Tigre Woods estaba haciendo el swing. Pero había más. Creo que son todos. Todos los que estaban haciendo deporte ayer a las seis y pico.
CARLA
No digas. Que raro, ¿no?
JUAN
Y en el noticiero pasaron de eso al clima… como si nada. No se entiende.
CARLA
¡Ay!, ¿va a llover mañana? Porque con las chicas teníamos planeado juntarnos en lo de Cintia para terminar de organizar…
JUAN (parándose)
¡¿Me estas escuchando mujer?! Te estoy diciendo que pasó algo que contradice toda lógica. Vamos a tener que repensar todo lo que sabemos del mundo. Las cosas son distintas. Hay un antes y un después. O sea… en que estas pensando, que me venís con el clima. Es como si no me hubieses escuchado. ¡Se congelaron, mujer, los que hacían algún deporte ¡se congelaron! ¡Se ahogaron los que nadaban!
CARLA
Te escuché Juanchi, no me grites. Se muere gente todos los días y no te pones así.
JUAN
¡No tiene nada que ver con los nadadores! ¡Por dios, Carla! ¿Qué estuviste, oliendo el barniz para piso?... (Más callado y para adentro) No tiene precedentes…. (a Carla) Me voy a buscar a alguien que no tenga la cabeza llena de dulce de batata, loca de mierda.
Juan se levanta y sale a la calle en bata.
Esc 3 Exterior/kiosco Día.
Diego, el quiosquero, esta masticando un escarbadientes. Llega JUAN caminando apurado.
JUAN
¿Escuchaste lo que pasó Diego?
DIEGO
Hola, Juan. No, ¿que pasó?
JUAN
Ayer a las seis todas las personas que estuvieran haciendo cualquier tipo de deporte quedaron congeladas.
DIEGO
Ah, si, ¿Por qué estas en bata?
JUAN (mirando su ropa)
¿En bata? Diego… ¿Qué importa la bata? Están todos congelados. No se pueden mover.
DIEGO
Si, ya se. Yo justo estaba mirando un partido de fútbol y quedaron todos como estatuas (se ríe) fue muy gracioso.
JUAN
¿De que te reís? (mira para arriba) ¿Están todos locos?...
DIEGO
Y no me voy a andar calentando por todo lo que le pasa a la gente.
JUAN
¡No te pido que te preocupes! Pero que por lo menos te produzca algo, interés, asombro. ¡Terror cósmico!
DIEGO
Tomá, no te calientes, te regalo unos chicles.
JUAN
No los quiero, regálaselos a tu puta madre, loco enfermo.
Juan se va, pero el plano queda en Diego, que parece muy dolido por las palabras de Juan (¿violín?). Cuando Juan llega a la esquina empieza a correr. Llega a la esquina siguiente y para. Mira para todos lados y entra en una verdulería.
Esc 4 Interior/verdulería Día
ODULIO
Buenos días.
JUAN (agotado por la corrida)
¿Escuchaste lo que pasó, Odulio?, Lo de los deportistas.
ODULIO
¿Los que quedaron congelados?
JUAN
Esos.
ODULIO
Si, me pareció raro. Es raro, ¿No?
JUAN
¡Claro que es raro! Es lo más raro que pasó en el mundo. Y más raro todavía es que nadie parece darse cuenta. En el noticiero lo trataban como si fuera una nota de color. Carla quería saber del clima. Diego, el del Quiosco, me quiso regalar unos chicles. Los mande a la mierda.
ODULIO
¿A Diego también? Dieguito es sensible. Se pone mal.
Juan, con cara de asustado, empieza a retroceder hacia la puerta.
ODULIO
¿Por qué estas en bata?
Juan retrocediendo, choca contra unos tomates, tirándolos al piso.
Esc 5 Exterior calle Día
Juan sale a la calle y dobla la esquina. Ve una mujer congelada haciendo joggin y unos chicos de 12 años tocándole la cola y las tetas. Da media vuelta y empieza a correr.
Esc 6 Exterior calle Día
El loco que mató al taxista camina apurado por la calle mirando para atrás a cada rato.
Montaje paralelo que muestra a Juan corriendo y al loco caminando.
Esc 7 Exterior calle día
Juan y el loco se encuentran. El loco, que lo veía venir, lo mira con muchísimo miedo y se aprieta contra la pared. Pero Juan va corriendo hasta el y apoyándole una mano en el hombro lo empuja para que no se mueva.
JUAN
Decime que lo viste, que te importa, que no entendes que está pasando. ¡Decime que el loco no soy yo!
El loco, gritando de miedo, empuja a Juan y cae al piso. Desde el piso saca el arma y apunta a Juan. Se quedan mirándose un segundo y Juan levanta las manos, El loco se para, y empieza a correr. Se detiene y vuelve. Le dispara un tiro a Juan y se va corriendo.
Esc 8 Montaje de imágenes/Todo se reactiva.
El hombre del trampolín cayendo al agua después de gráciles volteretas.
Los futbolistas siguen jugando
Los ajedrecistas siguen quietos
viernes, agosto 24, 2007
Duro como rulo de estatua
Ayer vi duro de matar 4.0. Muy buena. Lo mejor de la película es este diálogo:
Matthew Farrell: You just killed a helicopter with a car!
John McClane (un poco lastimado por haberse tirado de un auto a toda velocidad): I was out of bullets.
.........
sábado, agosto 18, 2007
martes, agosto 14, 2007
lunes, agosto 13, 2007
Canaleta
Ante tu estupor, el lanzamiento de Walter es tan desviado, que cae en la casa del vecino, matando a los seis perros. Es el momento de huir. Como siempre que hay que huir, Walter se sube a tu espalda.
Tu: Bájate, cretino, tenemos los zapatos del salón.
Walter: Genial.
Walter se baja de tu espalda y adopta la actitud dinámica que precede al raje. Lo tomas de la solapa y lo increpas.
Tu: Ya veo. Era mentira… era todo mentira… Siempre te cargo yo a ti y tu nunca me cargas a mi. Más de una vez hemos discutido por esto y nunca hasta recién me fue tan claro el alcance de tu vileza. Tu intención no era cuidar mi espalda desde un lugar privilegiado. Nunca consideraste que cargarme era exponer mi espalda a eventualidades y amenazas. Simplemente eran engaños para no tener que cargarme. En el momento que te diste cuenta de que tu también tenías zapatos, le diste las espaldas a mi espalda.
Walter: Si así es como te sientes, renuncio
Tu: No. Estás despedido.
Walter: Lo mismo da
Tu: Te indemnizaré. Ahora que ambos tenemos zapatos, no compartiremos tantos taxis. Con la indemnización podrás pagar los taxis hasta que encuentres otro trabajo.
lunes, agosto 06, 2007
Algunos proyectos que tengo
- Idea para un documental: Para hacer trampa en un examen, Damián le enseña las tablas de multiplicar a un loro con la intención de después llevarlo a clase (aduciendo que es un amuleto) y recibir de él las respuestas. Pero de tanto repetirlas al loro, Damián termina aprendiendo las tablas y una lección sobre la vida.
- ¿Funciona cómo documental? Pensar opciones
- ¿Es importante que sea un loro, o puede ser cualquier animal?
- Pensar implicancias metafóricas (Tres x lo menos)
- Pedir subsidio a ministerio de educación
- Idea para una fotonovela: En la frontera entre 6 países, el prostíbulo más grande del mundo alberga a mil prostitutas y a Jazmín, la madama. Una de las mujeres queda embarazada de un viajero, y al hijo lo crían entre todas, sin decirle cuál es su verdadera madre. Bajo el alias de “hijo de mil putas” empieza una carrera en el narcotráfico. Valiéndose de recursos cada vez más repudiables, va subiendo en el escalafón del crimen organizado. Progresivamente va perdiendo su carácter entrañable, se entrega a las drogas y frecuenta la cama de sus muchas madres. En la última escena lo viene a buscar un policía. Hijo de mil putas mata al policía ahogándolo en la fuente. Entra Jazmín y, al ver al policía muerto, se arrodilla y rompe en llanto. “Era tu padre”, grita desconsolada, “el único hombre al que amé”. “Mi hijo es un monstruo”, se lamenta mientras intenta arrancarle los ojos con las uñas.
- El largo periodo de tiempo que abarca el relato hace imposible que un solo actor haga el personaje principal. Se buscarán actores de todas las edades que se parezcan entre si. También buscar muchas extras para que hagan de madres putativas.
- Tal vez sacar la parte en que se acuesta con sus madres y también el final del parricidio. Y cambiar el prostíbulo por un circo.
- Suavizar lo de la droga.
- Fijarse si queda bien meter extraterrestres o zombis en alguna parte.
- El garca de Noé: Ambientada en tiempos bíblicos, esta novela contará los avatares de una cebra que se ahoga. Escrito como un monólogo interno del animal, será un libro enojado, cargado de hiel y desprecio, y el lector no podrá sino preguntarse cuál era bien el plan de Dios.
- Pensar buenas comparaciones para describir las rayas de la cebra. “las líneas de su cuerpo eran como nubes diáfanas que cortaban un cielo negro” Pensar otras así de buenas o incluso mejores.
- ¿Va a estar escrito en castellano? ¿Qué idioma hablaban las cebras en esa época? (research!)
- Pensar sinónimos de agua
sábado, julio 28, 2007
lunes, julio 16, 2007
La otra historia
No siento culpa y se que no va a haber castigo. Aunque tal vez mi castigo sea no sentir culpa. No sentir hambre, no desear nada, no dormir. Ahora todos los minutos del día duran lo mismo, el tiempo ya no se estira y se acorta dependiendo de mi ánimo: estoy viviendo en tiempo real.
Que tentación decir “ya nada importa”, pero si eso fuera cierto, no estaría escribiéndote. Así que supongo que algo importa. Puede que sea una forma de auto sabotaje, escribir una confesión con el secreto anhelo de que caiga en malas manos.
A Juan lo maté yo. En un solo acto, mate al hijo del gobernador y mi única esperanza de ser feliz. Fue mi aporte a la campaña de Uriarte: en año de elecciones no conviene tener un hijo puto que anda haciendo mariconadas con un hombre veinte años mayor.
Y no me vienen a buscar. Ni una sirena ni nada. Fue un accidente. Te juro, lo leí en el diario.
Hace cinco minutos que me estoy riendo imaginándome las caras que estarás poniendo mientras lees esto. ¿Viste que al final si queda algo de mi? ¡Me estoy riendo! Al parecer mi adelanté a los hechos. Yo que creía que ahora era nada más el nombre ridículo que me dieron mis padres.
Vamos al dónde y al cómo, la parte jugosa, el detalle incriminador. Es un infierno que no me toca, es como algo que me contaron. Dice así: Juan y yo fuimos al río por el sendero que habíamos creado nosotros mismos, con nuestros encuentros. Pero ese día el silencio que antes era cómplice, estaba cargado de una estática terrible. Juan caminaba adelante, sin frenar ni una vez a mirarme. Tampoco les respondía a los pájaros con su silbido. Me castigué mentalmente por leer demasiado en detalles sin importancia, y troté un poco hasta alcanzarlo y abrazarlo por atrás. Caminamos juntos unos metros, pero enseguida es escapó con la excusa de inspeccionar unos hongos aburridísimos que crecían de un árbol. Cuando llegamos, se sentó de espaldas al río y me miró como si le estuviera tratando de vender algo. Sentate, quiero hablarte.
Y ahí lo dijo: se casaba con su prima, una gorda depresiva con olor a pirámide. Era lo mejor, pueblo chico infierno grande, además, el estaba probando cosas, el no era como yo. Antes que yo dijera nada, quería que supiera que papá no había tenido nada que ver en esto, era una decisión que el había tomado solo, porque le parecía lo mejor para todos. Y en unos años nos íbamos a encontrar y yo le iba a decir Juan, tenías razón, ahora puedo verlo. Y yo con una piedra en la mano lo escuche decir que había sido divertido, que la habíamos pasado bien, y de repente no lo escuchaba más porque el sonido del río aumentaba y aumentaba hasta tapar todo.
Después del golpe se quedó quieto unos segundos, pestañando muy seguido, empezó a mirar el piso como si buscara algo. La sangre le cubrió la cara con un color de mentira. Le pegué de nuevo en la cabeza y lo arrastré hasta la orilla. Puede ser que ya estuviera muerto cunado empecé a ahogarlo mientras lo estrangulaba. Habré estado diez minutos, no tengo idea.
Y ahora no me acuerdo porqué eran graciosas las caras que vas a poner cuando leas esto, Liz. El chiste se me escapa. Parece que estoy volviendo a ser mi nombre y nada más. El chiste ahora soy yo. ¿Quién quedó? El era el mundo para mí. No quedó nadie.
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domingo, junio 17, 2007
De-construcción
Felipe: Se te echó de menos, Andrés. ¿Descansaste?
Andrés: Puff, me vino bárbaro.
Felipe: ¿Te fuiste a algún lado?
Andrés: Que va, casi no salí de casa.
Felipe: ¿Alguna mujer?
Andrés: Que va. Más sólo que un hongo.
Felipe: Ah, una vacaciones de todo. Un viaje por adentro de vos mismo.
Andrés: Algo asi. Como un retiro fue. Un service del alma.
Felipe: ¿Y que hacías?
Andrés: Bueno, pasé en blanco los planos del tercer piso. (le entrega los rollos) Pero más que nada estuve escribiendo algunas cosas. Muy metido en la onda oriental del Haiku.
Felipe: ¿Cómo era eso?
Andrés: Un verso de cinco silabas, uno de siete, y otro de cinco.
Felipe: Que lindo, che. ¿Japonés?
Andrés: Si. Tiene una métrica que está alineada con algo natural en el hombre, que calza como dos piezas de un rompecabezas.
Felipe: Rompecabezas,
Si que tiene un buen nombre,
Te quema el coco.
Andrés (Mientras habla, cuenta las silabas con los dedos): Rom-pe-ca-be-zas
Si-que- tie-neun-buen-nom-bre
Te-que-mael-co-co
Felipe: Uy, fue sin querer
Un verso sin esfuerzo
Que casualidad
Andrés: Te dije que sale natural.
Felipe: A ver, contame alguno que hayas escrito.
Andrés: No, son cosas que uno escribe por escribir. No es para mostrar.
Felipe: Algunito.
Andrés: Bueno, justamente traigo conmigo una hoja que se me traspapeló entre los planos. Pero mirá que son muy desparejos, están muy disociados entre si.
Felipe: ¿Pero no es que cada Haiku es una unidad en si mismo, con principio nudo y desenlace?
Andrés: Si
Felipe: ¿Entonces? ¿Que problema?
Andrés: Bueno, pero uno busca una voz propia, algo que unifique. Una identidad literaria.
Felipe: A ver, leeme.
Andrés (Se pone los anteojos y lee): Quiero ir al super,
Y comprarme balizas
Para mi coche.
(Silencio)
Felipe: Está bueno, tiene como algo mundano, ¿No?
Andrés: Si. Pero está muy desprendido de los otros, que tienen un tono más… no se, más pesado, con más superposición de conceptos, más juego con la forma.
Felipe: ¿A ver? Leeme otro.
Andrés (Leyendo): Cuantas balizas
Podría comprarme allí
Denmenlas todas
(Silencio)
Felipe: Ese si está relacionado con el anterior.
Andrés: ¿En que?
Felipe: Y, es como la continuación. Seguís hablando de las balizas.
Andrés: Si, pero es una sola palabra, no es una conexión real de estilo.
Felipe: Pero es la continuación. De echo, el segundo no se entiende sin el primero: “Cuantas balizas podría comprarme allí…” ¿Dónde? En el supermercado del primer haiku.
Andrés: No. Es un “alli” que juega con el lugar de indeterminación. Es lo que debe completar el lector con su vida y su experiencia personal.
Felipe: Entiendo.
Andrés: ¿Te leo otro?
Felipe: Si, si, por favor.
Andrés (leyendo): Si algún día choco,
Quiero estar preparado
No sea cosa que
Felipe: De nuevo.
Andrés: ¿Qué?
Felipe: Es lo que sigue a lo de las balizas.
Andrés: ¿De qué manera?
Felipe: Querés tener las balizas por si algún día chocás.
Andrés (riendo): Medio rebuscado, ¿no?
Felipe: No creo, ¿Si yo te digo “Voy a ir al super a comprar balizas, quiero estar preparado por si algún día choco”, a vos te suena rebuscado?
Andrés: Pero eso es distinto, es otra métrica, otra forma.
Felipe: Bueno, vos sabrás mejor que yo. Leeme otro, quiero saber como sigue la historia.
Andrés: ¿Qué historia?
Felipe: No, digo que me leas otro.
Andrés (leyendo): Hoy mismamente
En santa fe al dos mil
Casi me chocan.
Felipe: Bueno, que se yo.
Andrés: ¿Qué, no te gustó?
Felipe: Si, no, si… Pero… Sigue con lo de antes.
Andrés: ¿Por lo del choque?
Felipe: Claro.
Andrés: Pero es natural que un autor tenga sus obsesiones, sus temas recurrentes.
Felipe: Supongo.
Andrés: A ver este (Leyendo). Que quede claro
Mis corbatas son de Luis
Si yo me muero
¿Qué tal? ¿Ese también te parece que está relacionado?
Felipe: ¿La verdad? (Pausa) Un poquito
Andres (Exclamando): ¿Dónde?
Felipe: Y, medio que venís hablando de chocar, y de repente haces una especie de testamento por si te morís. Hay cierta relación. No se si mucha, pero la hay.
Andrés: Bue…
Felipe: Si, no. Es verdad, es exagerado. ¿Hay más?
Andrés: Algunos.
Felipe: A ver.
Andrés (Leyendo): Toda la plata,
De cuando robé un banco
Es para Norma
Felipe ríe nerviosamente
Andrés: ¿Qué?
Felipe: Seguís con el testamento.
Andrés: No, no tiene nada que ver. En esté nadie se está muriendo.
Felipe: Pero si lo lees justo después del anterior, queda como que si.
Andrés: Igual están en el orden que los fui escribiendo. Pienso ponerlos en un orden distinto que genere una sensación de viaje.
Felipe: ¿Viaje?
Andrés: Si. ¿Te leo otro?
Felipe: Dale
Andrés (leyendo): Nada más tengo
Exepto las balizas
Que le dejo a inés
Felipe: ¡Vamos, che! ¿Me vas a decir que no lo ves?
Andrés: ¿Este también?
Felipe: ¡Si! No solamente continuás indirectamente con lo del testamente, diciendo que no tenés nada más para dejar a tus allegados, sino que también retomás las balizas.
Andrés: Bueno, vos le encontrás sentidos que no estaban ahí originalmente. Es lo que pasa con toda obra, que deja de pertenecer al autor en el momento en que se da la comunicación.
Felipe: Si, puede ser eso.
Andrés: Último.
Felipe: A ver.
Andrés (leyendo): Voy a ir a Easy
Voy a ir bien empilchado
Voy de levante.
Silencio
Andrés: ¿Qué?
Felipe: No, nada. Este es bastante distinto.
Andrés: ¿Pero?
Felipe: No, nada… Que…
Andrés: Vamos, hombre.
Felipe: Nada, que lo de Easy… No se, es un lugar donde venden balizas.
Andrés: Vos también, estás tratando de encontrar cualquier posible relación.
Felipe: Si, es un poco rebuscado.
Andrés: Bueno, no tiene que gustarle a todo el mundo.
Felipe: No, no es eso, me parecen muy lindos.
Andrés: Lindos son los cachorritos y los arreglos florales. Yo busco provocar, sacar del estatismo. Si alguien lee esto e incorpora alguna enseñanza, yo logré mi cometido.
(Silencio)
Felipe: ¿Miramos un poco los planos?
Andrés: Si, cambié un poquito la disposición dentro de los baños, como para que de más una sensación de unidad.
Felipe: A ver.
Desenrollan un plano y le dan la espalda al público mirando el plano y apuntando al edificio en construcción.
jueves, junio 14, 2007
Asdf azar wertyqsd
Pero que grande va a ser mi sorpresa en unos momentos, cuando abra los ojos y lea esto que ahora escriben mis manos. Lo primero que voy a notar, va a ser que no está todo subrayado por las líneas rojas del corrector de ortografía de word. Después lo voy a leer con creciente pánico. Va a ser como si me arrancara un pelo y encontrara, abrazado a la raíz, un pedacito de cerebro.
lunes, junio 11, 2007
El suelo y el desconzuelo
Alberto está sentado en una silla y se mira la pierna lastimada. Entra Andrés.
Andrés: ¡Que frutilla, viejo!
Alberto: Me caí, me golpeé contra el planeta. No fue gracioso. Hubiese preferido que no estuviera ahí y seguir cayendo para siempre en el espacio. Pero el planeta estaba, y me dolió. Me pegué fuerte. De quién fue la culpa, del planeta o mío, no interesa, el daño esta hecho. Ahora lo que importa es el dolor, y, por supuesto, los ungüentos. Voy a caminar con más cuidado, eso si. Ya no me verán saltando tachos de basura ni haciendo la vertical. Porque tengo miedo. Quisiera quedarme acá sentado. De pronto, la distancia entre a y b me asusta. Entiendo el caminar de los viejos, su paso temeroso, el abismo que es su propia altura, de la cual una caída puede ser mortal. No quiero caerme nunca más. De hecho… si… lo decidí: No vuelvo a pararme.
Andrés: Vamos, campeón, no es para ponerse así.
Alberto: Vos no entendés.
Andrés: ¿Qué, No me he caído yo alguna vez? Si. Me he caído (pausa) Pero me levanto, tigre, me levanto. Mirá, ¿Ves esto? (levanta una mano con el puño cerrado) ¿Sabés que es esto? Este sos vos. Ahora estás así, todo cerrado, con miedo, lastimado. Y si, man, duele. ¡Duele! Pero mirá, mirá esto. (Va abriendo lentamente la mano) ¿Ves? ¿Ves lo que va pasando? ¡Claro, papá! Te vas abriendo, te vas entregando a la vida de a poco. Sentís, vivís, ¡Soñás! Y yo se que ahora te parece que va a doler para siempre, pero creeme, te lo digo con las canas, vas a salir de esta, con una lección aprendida y todo.
Alberto: No, no, prefiero arrastrarme por el piso para siempre, prefiero ponerle ruedas a esta silla, o comprar una silla de ruedas. No entendés, vos no entendés… Puede pasarle a cualquiera en cualquier momento. Venís bajando y pensás que se acabaron los escalones, de repente, zak, una caída. Una baldosa floja, el cordón de la vereda, la propia torpeza, los demás peatones, los pisos encerados, son todos soldados de la muerte. Yo me quedo acá, sentado.
Andrés: Pero dale, fenómeno, uno no puede vivir pensando que se le va a caer un yunque en la cabeza. Vos sos joven, aprovechá. ¿Sabés lo que daría yo por tener tus años, pibe? Todo. Eso es lo que. Mirá, te presto mis pantuflas. (Se saca las pantuflas y se las ofrece) Tomá, andá arrastrando los pies. Primero acá en la casa. Después te calzamos las botas y salimos al mundo. ¿Te parece, ídolo?
Alberto: ¿Vos me ayudás? ¿Me das soporte?
Andrés: Pero claro, che ¿Para qué están los amigos?
Alberto se para lentamente y Andrés lo toma del brazo. Les cae un yunque en la cabeza.
domingo, junio 03, 2007
Un glorioso arco iris en el alma
miércoles, mayo 30, 2007
Drama personal (drama prisional)
Margarita
Señora Goldberg: Madre de Margarita
Señora Bergman: Una amiga de la señora Goldberg
En el centro del escenario, la señora Goldberg y la señora Bergman están sentadas sobre dos bicicletas fijas que apuntan a la derecha. Detrás de ellas hay una pantalla sobre la cual se proyecta un paisaje que se mueve durante la conversación, dando la ilusión de que avanzan. Ellas no pedalean en ningún momento.
Señora Bergman (agitada): ¿Ayunaste bien?
Señora Goldberg (agitada): Siempre me pasa lo mismo en Yom Kippur: Ayuno y me siento bárbara, y después me como todo y me siento una chancha.
Señora Bergman: Mi marido no ayuna, dice que es ateo.
Señora Goldberg: Me dan pena los ateos. ¿Sabés que mi nena ayuna con nosotros?
Señora Bergman: ¿Margarita? Pero si le faltan años para el bat mitzva.
Señora Goldberg: Es muy precoz. No sabés como habla el inglés. Lo aprende escuchando la radio ¿viste esos programas que enseñan inglés?
Señora Bergman: Que linda es la nena tuya, mofletuda y con esas pequitas en la nariz.
Señora Goldberg: Bueno, te dejo, que la dejé sola en el arenero.
La bicicleta de la señora Goldberg permanece quieta en el centro del escenario mientras que la de la señora Bergman desaparece haciendo marcha atrás, dando la ilusión de que la señora Goldberg avanza más rápido que su amiga. El arenero aparece por la derecha con Margarita adentro. La imagen proyectada se detiene en un cuadro. La señora Goldberg se baja de la bicicleta y avanza unos pasos hacia su hija. En el arenero hay varios muñecos, una radio y un modelo de escenario (con cortina y todo).
Margarita: Esto me va a doler más a mí que a vos.
Señora Goldberg: Hola hija.
Margarita: Goldberg.
Señora Goldberg: ¿A que jugabas?
Margarita: A que mi pequeño pony se quebraba una pierna y había que sacrificarlo.
Señora Goldberg: ¡Gorda! Te dije que te sacaras los zapatos antes de entrar al arenero, después entras a la casa y haces un lío bárbaro.
Margarita: Ay, Goldberg, usted aburre.
Señora Goldberg: Lo que me aburre es estar fregando el piso como una loca. (Silencio corto) Vení a darle un beso a mami.
Margarita: Más luego
Señora Goldberg: Me voy a dar una duchita rapidita y después quiero que hagas los deberes.
Se retira
Margarita agarra dos playmobil y el escenario y juega a que un playmobil es un policía y el otro un hombre que va a la comisaría a hacer una denuncia. Margarita hace las voces de ambos. Esta es la escena que se desarrolla entre ellos.
Dramatis personae
Alejandro: Un tipo al que le chorearon unos chorizos
Oficial: Un oficial
Una comisaría. Varios uniformados se pasean, entrando y saliendo del escenario. Algunos empujan a hombres esposados con remeras de los redondos, otros llevan a prostitutas agarradas del brazo. En el centro del escenario hay un mostrador detrás del cual un policía atiende a una señora. Entra Alejandro.
Oficial: Vaya por aquel pasillo hasta el fondo que le van a tomar la declaración.
La señora sale. Alejandro avanza y gana el mostrador.
Alejandro: Vengo a hacer una denuncia.
Oficial: ¿Por qué motivo?
Alejandro: Unos chorros me chorearon unos chorizos.
Oficial: ¿Podría identificarlos?
Alejandro: Y… eran chorizos, no se si podré discriminarlos de otros chorizos. Les había hecho unos agujeros con un tenedor para que chorrearan la grasa.
Oficial: A los mal viviente me refiero.
Alejandro: Ah, ellos. Si, están en mi casa, los maté con mi pistola. Les hice unos agujeros para que no chorearan más, los grasas.
Oficial: No se dice grasas, se dice “personas de capacidad adquisitiva reducida”
Alejandro: “Adquisitiva reducida” que mal suena.
Oficial: Yo no invento los términos, señor, si por mi fuera se les diría “negros de mierda”, pero ya ve que soy una mera pieza de un sistema que nos abarca a ambos.
Alejandro: Eso a mi no me incumbe, yo vivo en el presente, la visión global de las cosas es algo que interesa sólo a las gentes que miran a largo plazo. Lo que yo quiero es que me devuelvan mis chorizos.
Oficial: Es entendible… Pero, si los mató… Digo… Seguramente llevaban los chorizos consigo, ¿no los recuperó?
Alejandro: Si, pero al ver la sangre, mi mujer empezó a gritar, y mientras yo la cacheteaba un poco para calmarla, el perro se comió los chorizos.
Oficial: Ya veo, the plot thickens.
Alejandro: ¿Como dice?
Oficial: The plot thickens.
Alejandro: No entiendo
Oficial (modulando exageradamente): The (silencio) Plot (silencio) thickens.
Alejandro: No se que es eso, ¿debiera saberlo?
Oficial: Es ingles.
Alejandro: Haberlo dicho, yo ingles no hablo.
Oficial: ¡Opa! Mhmmmm. Entonces… ¿Qué hace acá?
Alejandro: Vengo a reclamar mis chorizos.
Oficial: Señor, la policía está aquí para asegurarse que la justicia se imparta y para castigar al que la desconoce.
Alejandro: ¡Y eso mismo busco!
Oficial: Pero Ud. no habla ingles…
Alejandro: No
Oficial: Entonces estoy atado de manos, no hay nada que pueda hacer por usted.
Alejandro (colérico): ¡Pero aquí trascendió un choreo!
Oficial: ¿Si no habla inglés como hago para distinguirlo de un P.C.A.R?
Alejandro: ¿Un que?
Oficial: Persona de capacidad adquisitiva reducida.
Alejandro: ¿Pero no éramos todos iguales ante la ley?
Oficial (conteniendo la risa): Iguales, lo que se dice iguales (silencio). Parecidos.
Alejandro: Pero lo dice la constitución
Oficial: Si, si, somos todos iguales, lo que pasa es que algunos son un poco más iguales que otros.
Alejandro: Ya veo.
Oficial: Haga el favor de retirarse antes de que lo arreste por homicidio.
Alejandro: Si, me voy.
Alejandro camina hacia la calle con pasos lentos, dudando. En el último momento se da vuelta y grita
Alejandro: ¡Viva la revolución!
Alejandro sale corriendo de la comisaría. El oficial salta por encima del mostrador y lo persigue.
Oficial (en off): !Bang! !bang! !bang! !bang!
Alejandro (muriendo): Arrrrrrgggggggggggg.
El oficial vuelve a entrar, bañando de pies a cabeza en sangre.
Oficial: What bolud he is.
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Señora Goldberg (en off): !Gorda, los deberes!
Margarita: ¿A que fin?
Señora Goldberg: El año que viene empezás la primaria y tenés que ir habituándote a las tareas.
Margarita: Goldberg, yo termino jardín y largo.
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