Hombre en llamas: Volví a tener una pesadilla.
Doctor: ¿La misma de siempre?
Hombre en llamas: No, pero también tenía un banquito. Era de madera casi blanca excepto las patas, que estaban metidas en el barro. La única luz venía del hombre en llamas, que se acercaba tentativamente al banco pero retrocedía enseguida, incomodo y un poco avergonzado. Lo esquivaban dos varones, que prendian cigarrillos con sus llamas y esparcían el plástico derretido de sus zapatillas con un palo. Casi imperceptible, de un negro apenas más claro que la noche, los acechaba un árbol terrible, que se sacudía apenas, a pesar del desmesurado viento.
Doctor: Un hombre en llamas. ¿Y no sentía dolor?
Hombre en llamas: No, pero realmente quería sentarse y alguna fuerza extraña se lo impide. Es una especie de dolor, supongo.
Doctor: Por favor, ahorrase las suposiciones. Acá estoy yo para interpretar, Ud. limítese a contar, seca y objetivamente, lo que soñó.
Hombre en llamas: Después soñé una confusión entre dos hombres que armaban un reloj enorme en una torre. Uno le pidió al otro que le pase un phillips, y el otro le prendió un cigarrillo. El primero estalla en carcajadas. El otro, confundido, se ríe nerviosamente. Nunca comprenderá su error.
Doctor: ¿Lo que en realidad quería era un destornillador?
Hombre en llamas: ¿Qué destornillador?
Doctor: Un phillips
Hombre en llamas: No comprendo ¿Es una marca de destornilladores?
Doctor: Es un tipo de destornilladores, para tornillos de estrella. Pero Ud. tiene que saber esto. ¿De que otra manera explica el sueño?
Hombre en llamas: Pero entonces… ¡Claro! La confusión consiste en que uno de los hombres pide un destornillados phillips y recibe un phillip morris. Ya veo la gracia.
Doctor: ¿Cómo puede ser que haya soñado un juego de palabras que incluye una acepción que desconoce? Es imposible.
Hombre en llamas: Al menos que el sueño fuera de otra persona.
Doctor: Incluso las palabras que utilizó para contar el sueño demuestran que Ud. entendía. ¿Por qué otro motivo hubiera dicho que se trataba de una confusión? Para un hombre que no conoce los destornilladores phillips, el sueño sería absurdo, como los sueños generalmente son. Además, usted mencionó que el hombre que ofrece el cigarrillo nunca comprenderá su error. ¿A que error se refería?
Hombre en llamas: Me ha descubierto, Doctor. No soné nada de lo que he dicho. Pero yo realmente no sabía lo de los destornilladores.
Doctor: ¿De donde sacó esa historia, entonces?
Hombre en llamas: La vi ocurrir hace un instante.
Doctor: Imposible. ¿Dónde?
Hombre en llamas: Usted soñó tres sueños esta noche. Yo estaba en el primero. El segundo lo vi ocurrir mientras lo esperaba en este diván. Sentado. Y este último acaba con esa ambulancia que se acerca. Escuche esa sirena. Está sugestionada por su despertador. Buenos días, Doctor.
Doctor: ¿La misma de siempre?
Hombre en llamas: No, pero también tenía un banquito. Era de madera casi blanca excepto las patas, que estaban metidas en el barro. La única luz venía del hombre en llamas, que se acercaba tentativamente al banco pero retrocedía enseguida, incomodo y un poco avergonzado. Lo esquivaban dos varones, que prendian cigarrillos con sus llamas y esparcían el plástico derretido de sus zapatillas con un palo. Casi imperceptible, de un negro apenas más claro que la noche, los acechaba un árbol terrible, que se sacudía apenas, a pesar del desmesurado viento.
Doctor: Un hombre en llamas. ¿Y no sentía dolor?
Hombre en llamas: No, pero realmente quería sentarse y alguna fuerza extraña se lo impide. Es una especie de dolor, supongo.
Doctor: Por favor, ahorrase las suposiciones. Acá estoy yo para interpretar, Ud. limítese a contar, seca y objetivamente, lo que soñó.
Hombre en llamas: Después soñé una confusión entre dos hombres que armaban un reloj enorme en una torre. Uno le pidió al otro que le pase un phillips, y el otro le prendió un cigarrillo. El primero estalla en carcajadas. El otro, confundido, se ríe nerviosamente. Nunca comprenderá su error.
Doctor: ¿Lo que en realidad quería era un destornillador?
Hombre en llamas: ¿Qué destornillador?
Doctor: Un phillips
Hombre en llamas: No comprendo ¿Es una marca de destornilladores?
Doctor: Es un tipo de destornilladores, para tornillos de estrella. Pero Ud. tiene que saber esto. ¿De que otra manera explica el sueño?
Hombre en llamas: Pero entonces… ¡Claro! La confusión consiste en que uno de los hombres pide un destornillados phillips y recibe un phillip morris. Ya veo la gracia.
Doctor: ¿Cómo puede ser que haya soñado un juego de palabras que incluye una acepción que desconoce? Es imposible.
Hombre en llamas: Al menos que el sueño fuera de otra persona.
Doctor: Incluso las palabras que utilizó para contar el sueño demuestran que Ud. entendía. ¿Por qué otro motivo hubiera dicho que se trataba de una confusión? Para un hombre que no conoce los destornilladores phillips, el sueño sería absurdo, como los sueños generalmente son. Además, usted mencionó que el hombre que ofrece el cigarrillo nunca comprenderá su error. ¿A que error se refería?
Hombre en llamas: Me ha descubierto, Doctor. No soné nada de lo que he dicho. Pero yo realmente no sabía lo de los destornilladores.
Doctor: ¿De donde sacó esa historia, entonces?
Hombre en llamas: La vi ocurrir hace un instante.
Doctor: Imposible. ¿Dónde?
Hombre en llamas: Usted soñó tres sueños esta noche. Yo estaba en el primero. El segundo lo vi ocurrir mientras lo esperaba en este diván. Sentado. Y este último acaba con esa ambulancia que se acerca. Escuche esa sirena. Está sugestionada por su despertador. Buenos días, Doctor.
12 comentarios:
Claro, una ambulancia despertador... es ominosa, la locura.
Se sintió todo tan real que me da más miedo que risa, la verdad.
La misma pesadilla de siempre.
me estoy re metiendo en la onda esta de los diálogos, es como el diálogo sobre un diálogo de JLB pero puesto en práctica
Gotcha!
sinonimo dice:
estupidamente gelada.
un clasico del futuro como dice mi amigo ignacio.
no, que bueno que bueno.
y los vuelcos inesperados, un gancho implacable, impecable, implacable.
Muy muy bueno. Groso. Lo único que me olvide de verlo en blanco y negro. Fue a todo color.
El otro día soñé un chiste que tenía sentido. Pero después traté de contarselo a personas humanas y no tenía taaaaanto sentido. Voy a probar pór escrito.
EL sueño era que había unas elecciones precidenciales de numeros, y habian organizado un debate. Estaban los tres numeros favotiros: EL 7, el 8 y el 9. EL ocho estaba dando un discurso, en el que decía que iba a construir 8 hospitales, 8 colegios y 8 parques. El 7 tiene cara triste, el 9 contenta.
El chiste es que el 9 iba a construír nueve hospitales y el 7 siete.
Voy a dejar de explicar mi sueño, es malisimo. Con razón las personas humanas me miraban con cara de asco.
Bueno, resulta que el 9 es tu número, porque naciste el 9/9 y además en numerología tu número es el 9. Desde esta perspectiva es rebueno que el 89 esté contento. C.
a mi este post me parece hermoso, profundo e incisivo.
es definitivamente mejor que tu chiste surrealista...
Resumo: genial. Siempre es bueno llegar al blog y encontrarse con algo nuevo. No dejes de superarte
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