lunes, junio 11, 2007

El suelo y el desconzuelo

Alberto está sentado en una silla y se mira la pierna lastimada. Entra Andrés.

Andrés: ¡Que frutilla, viejo!

Alberto: Me caí, me golpeé contra el planeta. No fue gracioso. Hubiese preferido que no estuviera ahí y seguir cayendo para siempre en el espacio. Pero el planeta estaba, y me dolió. Me pegué fuerte. De quién fue la culpa, del planeta o mío, no interesa, el daño esta hecho. Ahora lo que importa es el dolor, y, por supuesto, los ungüentos. Voy a caminar con más cuidado, eso si. Ya no me verán saltando tachos de basura ni haciendo la vertical. Porque tengo miedo. Quisiera quedarme acá sentado. De pronto, la distancia entre a y b me asusta. Entiendo el caminar de los viejos, su paso temeroso, el abismo que es su propia altura, de la cual una caída puede ser mortal. No quiero caerme nunca más. De hecho… si… lo decidí: No vuelvo a pararme.

Andrés: Vamos, campeón, no es para ponerse así.

Alberto: Vos no entendés.

Andrés: ¿Qué, No me he caído yo alguna vez? Si. Me he caído (pausa) Pero me levanto, tigre, me levanto. Mirá, ¿Ves esto? (levanta una mano con el puño cerrado) ¿Sabés que es esto? Este sos vos. Ahora estás así, todo cerrado, con miedo, lastimado. Y si, man, duele. ¡Duele! Pero mirá, mirá esto. (Va abriendo lentamente la mano) ¿Ves? ¿Ves lo que va pasando? ¡Claro, papá! Te vas abriendo, te vas entregando a la vida de a poco. Sentís, vivís, ¡Soñás! Y yo se que ahora te parece que va a doler para siempre, pero creeme, te lo digo con las canas, vas a salir de esta, con una lección aprendida y todo.

Alberto: No, no, prefiero arrastrarme por el piso para siempre, prefiero ponerle ruedas a esta silla, o comprar una silla de ruedas. No entendés, vos no entendés… Puede pasarle a cualquiera en cualquier momento. Venís bajando y pensás que se acabaron los escalones, de repente, zak, una caída. Una baldosa floja, el cordón de la vereda, la propia torpeza, los demás peatones, los pisos encerados, son todos soldados de la muerte. Yo me quedo acá, sentado.

Andrés: Pero dale, fenómeno, uno no puede vivir pensando que se le va a caer un yunque en la cabeza. Vos sos joven, aprovechá. ¿Sabés lo que daría yo por tener tus años, pibe? Todo. Eso es lo que. Mirá, te presto mis pantuflas. (Se saca las pantuflas y se las ofrece) Tomá, andá arrastrando los pies. Primero acá en la casa. Después te calzamos las botas y salimos al mundo. ¿Te parece, ídolo?

Alberto: ¿Vos me ayudás? ¿Me das soporte?

Andrés: Pero claro, che ¿Para qué están los amigos?

Alberto se para lentamente y Andrés lo toma del brazo. Les cae un yunque en la cabeza.

6 comentarios:

Christian Schmiegelow dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Christian Schmiegelow dijo...

l domingo que escibiste el cuento anterior, en donde un grupo de gente se opone a la publicación d e un libro, te perdiste un profundo debate sobre la no renovación, por parte del gobierno venezolano, de un contrato para transmitir un canal de televisión-.
yo obviamente cuestioné no solo el hecho de que este hecho NO es indiscutiblemente censura, sino que fui más lejos y me atreví a sugerir que la libre expresión como principio puede no tener mucho sentido si de hecho no se cumple, no por decreo, sino por práctica.
de lo primero estoy bastante convencido.
de lo segundo no tanto. lo más curioso es que declarar que la libre expresión no es tan importante enseguida enoja a casi todos, sin embargo ponerse en la otra punta para estudiar casos concretos como el agenda setting (creo que se dice asi) de las grandes distribuidoras de cine, el rating minuto a minuto, la necesidad de que te banquen pubicidades de productos de grandes companias para poder pagar los medios por los que uno se quiere expresar o comunicar.
... bien todo eso y como censura y como se controla o censura todo esto no tienen lecturas triviales.

no voy a seguir, ya se hizo largo. solo quería repetir el disparador de un cluroso debate que te perdiste el domingo pasado.
para que no faltes más . como faltaste tambien este domingo---

Anónimo dijo...

tendrías que haberlo seguido mat( o podrías, no sé......)mirá vos, teatro tb.

Álvarez Gómez dijo...

Usted tiene un gran sentido del deshumor. Sería la cominación entre humor y ungüentos.

vina apsara dijo...

tengo miedo.

Anónimo dijo...

mat , me encanto, el yunque ingreso para siempre en la historia de la literatura
pero explicame la z de desconzuelo
quiza era un anzuelo?

papaf