viernes, abril 18, 2008

El hecho del hacha

“Ahora voy a decir unas palabras” dijo Nicolás, y se paró con tal violencia que facundo, el gato siamés que dormía como un bulto sobre su regazo, salió volando y aterrizó sobre el filo de un hacha. El hecho del hacha, que sólo unos pocos advirtieron y con interés casi nulo, tuvo dos grandes consecuencias para el felino. La primera fue que el tajo que el filo le practicó, fue justo en el punto donde el gato estaba unido a su hermano, resultando el corte en una separación casi quirúrgica del gato siamés, en dos gatos no siameses. La segunda es más triste, porque si bien facundo tenía ocho patas y dos cabezas, sólo tenía un corazón, por lo cual uno de los hermanos quedó como dormido a un costado del hacha. Fac maulló de dolor o tristeza y se alejó. Undo no hizo nada.
Alrededor de la mesa, las miradas estaban sobre Nicolás. Éramos un auditorio expectante de sus anunciadas palabras. Pero un silencio sostenido nos hizo sospechar que Nicolás había incurrido una vez más en la literalidad excesiva, y que al decir “Ahora voy a decir unas palabras” se refería a las mismas palabras que usaba para decirlo.

8 comentarios:

Mikel dijo...

cómo me reí... la literalidad excesiva puede ser más dañina y filosa que un hacha.... y más filósofa.

Anónimo dijo...

excelente, mat!
andru

Anónimo dijo...

clap
más sería un exeso redundante

paf

sinonimo dijo...

facundo hace siempre lo mismo con tal suerte

Anónimo dijo...

este es mi comentario

Anónimo dijo...

hay que separar el hecho del hacha.
el culpable de los muertes es el que transformó a un gato en dos gatillos fáciles.

paf

Gugú dijo...

hay sólamente UN gatillo fácil.

espero no tener que volver a repetirlo.

gracias.

: dijo...

y este es muy bueno de veras. me gusta eso del hecho del hacha.