lunes, agosto 19, 2013

Mandato

Fui criado en una especie de fanatismo cínico y ateo. Papá no creía ni en los relojes. Mamá, hacia el final, no creía ni en el materialismo dialéctico. Crecí con la certeza de que La Verdad existía, pero, como el díos de los piadosos, no se dejaba ver jamás. Y mis padres, injustamente, también me inculcaron el mandato de buscar esa verdad elusiva, de denunciar la mentira, de luchar contra toda falsedad, de poner el grito en el cielo ante la más mínima tergiversación de lo real.

Mi infancia estuvo privada de fantasía y de ficción. Las quimeras que llenaban las horas ociosas de mis compañeros me resultaban tan ajenas como estúpidas. Mi imaginación amputada me vedaba, incluso, la pavorosa compañía de los monstruos. Mis maestros me juzgaban serio y antisocial, pero lo cierto es que en todo contacto humano debe mediar una ilusión, una mentira de la que yo era incapaz.

Ayer, después de enterrar a papá, salí con mi hermana del cementerio y caminamos sin rumbo y en silencio durante unas horas. En nuestro camino cruzamos a una vagabunda que tenía un pedazo de cartón con la palabra “vidente” anotada en lápiz. 

Me sembró una duda.

8 comentarios:

Mikel dijo...

era ciega?

me encanta cómo cuándo y por qué decís "Ayer, después de enterrar a papá, salí con mi hermana del cementerio..."

Unknown dijo...

Me encantó!! Borgeano. Creo que sacaría "unas" "caminamos (unas) horas". qué ilusión estar en sexactanente!!!!

Unknown dijo...

Cómo unknown???? Soy tu madre!!!!!

Boy dijo...

Joyita.

papaf

Boy dijo...

mat
sos un Hombre
haz tu ruido y
ponlo en letras
por favor, plis
me hago pis
para que rime
y se feliz
coño!


Boy dijo...

mat
sos un Hombre
haz tu ruido y
ponlo en letras
por favor, plis
me hago pis
para que rime
y se feliz
coño!


Boy dijo...

me encanta el comenta
rio anterior!!

Victoria dijo...

Qué envidia.