viernes, junio 10, 2005

Picardia criolla

Simón y yo, Cuando éramos apenas unos crios, a veces nos comíamos un yogurt y después le volvíamos a poner la tapita de metal y a la heladera. Suscitábamos jocosas confusiones. Después crecimos y acá nos ven, igual de pelotudos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una historia real.

Anónimo dijo...

Tremendos pelotudos gocen!!
Mi progentitor se levantaba mas temprano que nosotros ( sus prole) , se preparaba un huevo pasado por agua, se lo manducaba prolijamente y prolijamente lo daba vuelta y lo dejaba pareciendo, para las inocentes victimas ( perdon, no son siempre inocentes las victimas?)un huevo listo para comer. Igual que el shogur de Seemonky y vos.
Mala noticia: esa pelotudez no se cura nunca. Es mas, se pasa, secretamente con orgullo, de generacion a generacion. A joderse y a bancar nomas. No faltaran victimas.

Anónimo dijo...

NEGRO,(ROJO), ABRO TU HELADERA E INTUYO EL SHOGUR QUE PARECE SHENO, PERO NO SE CUAL ES. ESTOY CONFUNDIDO.

Carne de Metal dijo...

Yo pensaba que simon era más alto.

Boy dijo...

Somos personajes secundarios de una novela (escrita en clave por una mente superior) que finalmente nos explica el universo.
En los archivos de mayo se registra una pregunta sobre cómo eliminar ladilla y consevar bello.
Saimon says "Probaste con un yogur?"
Esta aparentemente inocua coincidencia es la pista que apunta secretamnete hacia los protagonistas de la novela.
El envase vacío y el vacío existencial de la ladilla son decorados para distraer al lector incauto. La suerte está echada (junto a su ternero). Empieza a vislumbrarse cuál es el protagonista?

Anónimo dijo...

Es más, a Borges lo mataron los suizos por que el muy ladilla estaba a punto de revelar eso de... Ahhg! me atacan a mi también!!! Me encontraron!!! moriré con el secreto del yogur... (silencio y pisadas que huyen )

Edgardo F Plá