sábado, setiembre 10, 2005

Natasha ernesto y vos

Al margo porvenir, Natasha y ernesto lo encontraron en una esquina de almagro. Era bastante magro y yo, precavido, conservé prudente distancia. Pero Natasha, que es la más sensible, lo llevó a casa y lo bañó con jabones odoríficos. ernesto no cree en el porvenir y se enoja si hablamos del magro porvenir que encontró con Natasha. Natasha dice que se enoja sólo porque es un porvenir magro, si fuera un porvenir feliz, dice Natasha, creería más.

Cuando los nietos de ernesto vienen de visita, Natasha y yo nos escondemos abajo de la cama hasta que se van. No nos gustan los chicos porque casi nunca tienen drogas inyectables que es lo que si nos gusta. A Natasha y a mí.

Si salimos ya, podemos estar en Kansas a tiempo para el rodeo.

ernesto dice que la espada samurai es la mejor compra que hizo en su vida. Le costó un ojo de la cara. Pagó al contado con plata robada.

ernesto no tiene lo que comúnmente se llama un cuerpo. Es mas bien como una fina película de salmón y protones interactuando de manera tal que el resultado es una especie de nube negra con olor a salmón. Esto, naturalmente, lo hace muy feliz.

Natasha suda mucho cuando se enamora. Una vez se mudó un cubano muy simpático al piso de abajo y Natasha empezó a sudar como loca. Sudaba y sudaba.

ernesto, que bajaba un momento al kiosco a comprar mas Fernet preguntó si Natasha quería alguna cosa de la calle. A mi ya no me pregunta porque sabe que odio las cosas.

Al gato que le afanamos a un tipo que era blanco pero tenía el pelo enrulado como los negros, le pusimos de nombre huesos. Huesos era más feliz con su antiguo dueño y no tiene ningún reparo en decírnoslo. Es cierto que lo alimentamos con plastilina, pero por lo demás lo tratamos como si fuera uno de nosotros.

Una vez le pregunté a Natasha como se encontraba esa mañana y ella me contestó que bien y yo le dije que me alegraba y ella me dijo que ella se alegraba de que yo me alegrase y yo después le dije que yo me alegraba de que ella se hubiera alegrado de mi alegría al encontrarla bien aquella mañana.

ernesto va a tener que pasar una larga temporada en la cárcel por venderle escopetas a un cactus. Planea escribir sus memorias pero no le dan tinta en las cantidades necesarias. Lo primero que escribió nos llegó un martes en el correo. Dice esto: No alcanza la escasa tinta que me procura el guardia de mi cárcel para contar los avatares de mi vida libre, sufiza anotar unos cuantos e ilustrativos sucesos: He comido carne de hombre, disfrazado de mujer entre negras salvajes; he guerreado en un ejercito de cincuenta hombres contra uno de cuatro mil; he sido telépata por un mes por haber bebido el agua de un río amarillo; me ha invadido la ira divina (o la locura) y he matado hombres y destruido ídolos dorados; he visto en el mar un pulpo gigante de un solo ojo que cambiaba de color al sonido de la citara; he sido mendigo y millonario; me han venerado como a un dios por poseer la lupa que hace el fuego; he visto, en un templo, tecnologías que mis ojos no entendieron; he robado un libro cuyas palabras son a la vez las cosas que nombran; he perdido el habla por insultar a un hombre santo y lo he recuperado matándolo salvajemente; he estado despierto cinco años seguidos, producto de una droga que me dio una mujer a quien le negué mi amor; he amado; he usado, en noches de saqueo, una capa que me hacia invisible; he visto a un hombre caer muerto y he visto cientos de ratas salir de su boca y de su estomago; he empuñado un cetro que permite atravesar montañas; he enterrado a muchos de mis hijos; he visto, en China, una puesta de sol que no puedo olvidar.

Natasha (y en esto concuerdan casi todos los expertos) es morocha y baila que da calambre. Cuando baila, las señoras de arriba se sientan en unos banquitos de mimbre que parecen cansados, y lloran mientras tejen puloveres y la miran todo el tiempo. ernesto, eficiente, busca los baldes y se los da a las señoras para que les lloren adentro así después no tenemos que trapear las lagrimas. Yo, cuando Natasha baila, me siento en un banquito de mimbre y lloro mientras tejo.

Algo que venia acercándose hace meses, cada vez más cerca de la atmósfera terrestre, resultó ser ernesto que se había perdido en la rural y cuando había logrado salir a la calle se había tomado el colectivo equivocado. Si ernesto no tuviera la cabeza pegada al cuerpo, seria deforme.

En nuestra época no existía la Internet y teníamos que conformarnos con la discografía de James Taylor que tenía un efecto sedante en la mayoría de nosotros. Pero había algunos inadaptados que salían a la calle con pomos de espuma en aerosol. Cuando uno pasaba le tiraban espuma en el sobretodo. También fumaban pasta base. Los inadaptados.

ernesto se hizo cambiar el nombre legalmente a Ernesto, pero Natasha y yo le seguimos diciendo ernesto. Algo habrá hecho.

10 comentarios:

Mateo dijo...

Martillo Hammer... puff. Un heroe.
Aca hay una foto en apariencia inocente, pero si leen la dirección van a notar un pedazo de la trama secreta del mundo:

http://mattmatteroministries.org/Sledge_Hammer_files/Sledge_Hammer_pic1.jpg

I know what you did.

Gugú dijo...

ernesto es un tonto.
=)


Sledge Hammer es de lo mejor de lo mejor y hasta más mejor podría ser la detective Doreau, pero no.

sinonimo dijo...

mat vas a morir en la gillotina, acostado de espaldas, mirando para arriba. sonriente. y no va a ser lo mas fino que te va a pasar en la vida.

breton dijo...

un viejo amigo mio tenía un gato llamado huesos...no será el mismo no? muy divertidas las locas locas aventuras del trio este.
y del trio oeste tambien.
saludos

tazelaar dijo...

esperamos ansiosamente relatos completos de ernesto natasha y el que sea, en formato no virtual, pero me da la impresion de que te debe costar caro en neuronas

Gugú dijo...

huesos!
Estoy justo leyendo Timbuktu de P. Auster y el personaje principal es un caninus llamado Mr. Bones.

Me enternece hasta el punto de la tristeza más profunda ésta novelita... Y eso que habré leído sólo un tercio...

Anónimo dijo...

Al lado de mi computadora tengo timbuktu de Paul auster y lo abri para ronbarme el nombre del perro porque no me lo acordaba.
Mat

Boy dijo...

a otro perro con ese hueso!

Fernando Travaglini dijo...

debo admitir que al principio me encontraba bastante reacio a creer en sus profecias malignas, mateo... pero debo admitir que he cambiado de opinion y que lo admiro profundamente... el blog transpira calidad.

Mateo dijo...

Gracias. Me pusiste de buen humor.