viernes, noviembre 18, 2005

El atico de Colton

Colton bajó el cuchillo y la mostaza, e inclinó la cabeza para oír mejor. ¿Acaba de crujir la escalera de madera? Después de unos segundos, se dijo que era su imaginación y agregó otra feta de salame. Pero pronto otro crujido interrumpió el sanguiche y esta vez era innegable, había alguien más en la casa.
Dejó el cuchillo en la mesada, pero pensándolo mejor volvió a agarrarlo. Prendió la canilla y lo enjuagó rápida pero eficazmente. Apenas cerró la canilla otro crujido lo alarmó. Pero este parecía venir de más arriba, del ático. Con una mano temblorosa secó el cuchillo con el repasador y colgó el repasador en un gancho. Empuñó el arma y avanzó con pasos lentos hacia la escalera.
Cuando ya pudo ver los primeros escalones, lo sorprendió la luz verde que manchaba la pared. Pero cuando vio que la luz tornaba roja, azul y otros colores, se dio cuenta de que había dejado el televisor de arriba prendido. Subió los escalones descalzo, para no hacer ruido, pero las viejas maderas eran delatoras. Cada paso era aumentado en su oído por la adrenalina y el silencio reinante. En el décimo escalón, Colton se detuvo a limpiar una mancha en la alfombra con un trapo que llevaba en el delantal.
De pronto escuchó una voz humana. Un especie de murmullo gritado. Como si alguien le estuviese contando un secreto a un micrófono. Colton cerró el puño sobre el mango del tramontina y rezó para darse coraje. Sintió que algo le rozaba la nuca y giró de repente exaltado, pero al darse vuelta vio que era el plumero que llevaba en el bolsillo de atrás, y lo tomó en la mano libre para limpiar las paredes y los escalones mientras subía.
De pronto la voz habló fuerte y las paredes temblaron. Colton apretó la palma de sus manos contra sus orejas y dio un saltó de tres escalones para llegar al primer piso y no rodar, aturdido por el ruido, escaleras abajo. Ahí permaneció un rato. Las orejas le sangraban y estaba sordo. Trataba de controlar un intenso mareo que no lo dejaba pensar en nada por más de unos pocos segundos. Colton pasó en el suelo unos minutos, limpiando la sangre del piso con el trapo. Pensó en los vecinos y en que pronto llegaría la policía. Pero el tiempo pasaba y nadie llegaba. Colton quería saber.
Se levantó con considerable facilidad y sólo necesitó apoyarse contra la pared los primeros pasos. La puerta del atico estaba abierta. Colton subió a duras penas los empinados escalones y empujó la puerta lentamente.
Lo unico que logró entender fue un ojo enorme y celeste. Después cerró con fuerza la puerta quedando del lado de afuera. Se sentó en un escalón, y antes de desmayarse por unos segundos, reconstruyó la imagen que acababa de ver. No era un ojo, era una cabeza entera. Y lo que es más, era su cabeza.
Cuando volvió en si la puerta estaba un poco abierta y una lengua parecía estar intentando abrirla del todo. Colton, tal vez por instinto, pateó la puerta para adentro golpeando la lengua con el filo. De nuevo temblaron las paredes y una lámpara cayó al piso, pero esta vez Colton no pudo oírlo. La lengua había dejado un charco de saliva y Colton lo limpio hasta donde llegaba. Levantó la cabeza y la vio. Ocupaba cada rincón del cuarto.
La lengua volvió a salir, rapida como un rayo y Colton salvó la vida por poco, tirándose a un costado donde la mugre abundaba. Al tiempo que se incorporaba y pasaba el plumero por los sócalos, se parapetó detrás de una columna y gritó sin oír su propio grito.-¡Soy vos! ¡Soy yo!-
Un silencio siguió y girando un poco, Colton vio que la cabeza lo estaba mirando. No directamente, sino reflejado en un antiguo espejo que estaba contra la pared. Su expresión era de gran asombro, y movía la nariz de lado a lado. Colton se atrevió a salir de detrás de la columna para mostrarle a la cabeza que el tampoco podía explicarse nada. La cabeza habló, pero las paredes apenas temblaron porque hablaba en voz baja. Colton leyó en sus labios la palabra “como”. No pudo oír la entonación, pero supuso que lo había dicho en forma de pregunta. Colton Gritó a su vez- ¿Cómo… como es posible?-
La cabeza dijo una frase que no era muy larga, pero Colton no pudo leerle los labios esta vez y apunto a sus propias orejas para explicar que estaba sordo. La cabeza lo miro y pareció entender, porque enseguida hablo más lentamente. –Somos lo mismo- Dijo.
Colton asentía anonadado y con un pie empujaba un papelito hacia el rincón. Unos segundos pasaron. La cabeza empezó a sudar y en sus ojos estaba el pánico. Ambos se miraban, y Colton habló primero. –Esta es mi casa- Dijo. –¿Como llegaste?- La cabeza habló lentamente pero Colton no alcanzó a entender. Sacudió la cabeza de lado a lado y abrió los brazos. -No entiendo- gritó. Pero enseguida sintió una presión enorme en las orejas y con un “plop” recobró en parte la audición.
La cabeza, creyendo que Colton aun estaba sordo, habló lentamente, modulando cada palabra como quien le habla a un extranjero. –Metí la cabeza en un lago y en vez de mojarme aparecí acá.-
-Ya puedo oírte- fue la respuesta de Colton que miraba con asco una mancha de humedad en la pared –Hablá mas bajo-
La cabeza, pestañando muy seguido, volvió a hablar y esta vez Colton la escuchó con atención. –Estaba en un lago, metí la cabeza en el agua para refrescarme y aparecí acá, en mi ático.- Una lágrima enorme caía por su cara y Colton se apresuró a secarla antes de que tocara el piso de madera.
-Es… es imposible- Las pupilas de Colton, dilatadas por el miedo, eran círculos enormes y negros.- ¿Dónde está tu cuerpo?-
-En el lago, supongo. No puedo sentirlo.- Mientras hablaba gotas de saliva, que eran minúsculas en relación a la cabeza pero considerables comparadas con Colton, salían de su boca. Colton las esparcía con la suela de sus botas o las secaba con el trapo.

7 comentarios:

Fernando Travaglini dijo...

increible lo de duelingfarts... INCREIBLE

breton dijo...

bizarro, excelente, felicitaciones.
no se olviden de cabezas.
salute

Rain (Virginia M.T.) dijo...

Mateo, el grupó que ustedes conforman, veo que tiene garra, o para expresarlo más claramente: un frescor maldito.

Salutes.

Socram dijo...

Totalmente delirante. Encuentro del tercer tipo.
Buenisimo

sinonimo dijo...

te quieres poner heavy?

Boy dijo...

Creo qu eeste cuento puede encabezar una nueva corriente literaria.

seriously now, folks, se lee con placer poruq tiene cosa y cosa.

un abrazo Mat ( me voy a dentrerríos una setimana)

Fernando Travaglini dijo...

jojojo... mi vieja es bastante parecida a Colton... yo una vez escribi un relato sobre cierta obsesiva de la limpieza... algun dia lo publicaré...